diciembre 06, 2012

Película del día...

Blancanieves - Pablo Berger , 2012

Hablar acerca de "Blancanieves" como de una película hija del éxito planetario de "The Artist" y de sus cinco premios Oscar, era algo inevitable y al mismo tiempo deontológicamente equivocado. Sí, porque aunque la película de Pablo Berger ("Torremolinos 73") se presenta como una obra-homenaje al cine mudo y con una estética a primer impacto muy similar a la película de Michel Hazanavicius, desde los primeros planos se separa completamente traicionando la morfología lingüística del período anterior a 1928 para utilizar los ángulos de cámara y montajes típicos del cine contemporáneo. Empiezo primero por decir que "Blancanieves" no es una película muda, puesto que la música diegética y extradiegética, los rumores (a menudo claramente grabados en directo) y la banda sonora juegan un papel importante en el rendimiento de la narrativa.

"Blancanieves" en todo caso, es una película en donde no se habla que decide de llevar adelante la propia historia asignando a los rostros y a los movimientos de cámara (algunos incluso realizados con el steadicam) el papel de relator. Elección de ninguna manera dictada por el deseo de cabalgar la ola de la película ganadora del Oscar el año pasado (y también porque, como ha declarado el director, la idea de realizar una pelicula "muda" y en blanco y negro es precedente a aquella francesa), sino por las ganas de contar una historia famosísima y tal véz un poco abusada, sobre todo en este año ("Mirror Mirror" de Tarsem Singh y "Snow White & The Huntsman" de Rupert Sanders, ambas de 2012), de una manera diferente y con el deseo de traicionarla en varias partes con el fin de respetar el alma dark de los hermanos Grimm. Berger lo consigue perfectamente, madurando una revisión oscura y dolorosa en donde no hay lugar para el final feliz. Hay tanta España en este largometraje con sus tradiciones y sus contradicciones. El bien y el mal que se persiguen hasta perderse el uno en el otro.

Nos encontramos en los años 20 en Andalucía (y por si no fuera suficiente las sensaciones para recordalo, la ubicación confirma explícitamente un guiño a Buñuel del mismo período, por otra parte "Un Chien Andalou" es de 1929), durante una corrida de toros el famoso y rico torero Antonio Villalta (Daniel Giménez Cacho) es herido gravemente, provocando el parto anticipado de su esposa, turbada por la fuerte emoción, que poco después morirá dejando al hombre sólo con su primogénita. Destruido por el dolor y débil en el físico y en el espíritu, el torero se deja engatusar por una hermosa enfermera (Maribel Verdú, grandiosa) que lo "cura", y que pronto se convirtirá en su esposa, mientras la niña, desatendida por el padre, se queda al entero cuidado de la amorosa abuela materna (Ángela Molina). A la muerte de esta última, Carmen, el nombre de la niña (interpretada por Sofía Oria en su infancia y Macarena García en su adoloscencia) se va a vivir con su padre, que se descubre viejo y débil, completamente subyugado por el carácter posesivo y manipulador de su segunda esposa, siempre bella y exhibicionista, y como tal perpetuamente en busca de fama y éxito. Continuamente sometida al acoso de su madrastra, Carmen será capaz de evitar un intento de suicidio encargado por la malvada madrastra y escapará escondiéndose en una compañía de enanos toreros en tournée por el pueblo. Desde aquél momento, la historia se relaciona de una manera casi fiel a la historia original. Pero es precisamente este largo incipit la genialidad de la película, muy bien dirigida, fotografiada con un blanco y negro lleno de claroscuros que acentúa la interpretación pesimista, gótica y crepuscular de la historia, mucho más dramática de la original de los hermanos Grimm o de cualquier otra transposición. La madrastra en esta película es horrible, astuta y despiadada como nunca antes, claustrofóbica y angustiante como un personaje de David Lynch. Es ya un cult la escena del pollo y de la cena (por cierto, entre esta película y "Killer Joe", se podría realmente pensar que es el año de las escenas de culto con pollos).

Decisión audaz de coger un ícono de las novelas para niños, "Blancanieves", y parafrasearla de una manera ibérica retro, un poco oscura y un poco mística, donde se respira los aromas de Luis Buñuel y de la "Balada Triste de Trompeta" de Álex de la Iglesia. Es evidente la referencia a la estética de los maestros del cine alemán (Murnau, Wiene) y también a autores como Federico Fellini, Carl Theodor Dreyer, David Wark GriffithAbel Gance y Jean Vigo. Sin embargo, no se trata de imitación considerando que las tomas y la dirección de los actores apuntan claramente a evidenciar la expresividad moderna de los intérpretes. No hay vencedores en esta película trágica y decadente, sólo el colapso de la mundanidad humana, en donde la corrida de toros se convierte en una metáfora macabra. Cornear capotes rojos, masacrar toros furiosos, parecen ser los ingredientes básicos de todos los personajes de la película. Con la excepción de Carmen / Blancanieves, que mantiene su pureza, pero que en este caso no es el personaje de un cuento de hadas, es más bien una marginada sufrida deseada por todos, una especie de Marilyn Monroe versión andaluza años 20, deseada pero perseguida . A lo largo de la película aquello que destaca mayormente es el talento de Pablo Berger en poner en escena 90 minutos de puro entretenimiento, capaces de secuestrarte y mantenerte en suspenso, sin sentir el peso del mudo, al contrario sacando provecho del mismo.

Hablar de cabalgar la ola un éxito y de la época del mudo vista desde el punto de vista español vs el punto de vista francés significa partir prevenido y no analizar la película. "The Artist" es una película que a través de la historia de un acontecimiento que revolucionó el cine, habla de actualidad, de crisis y de cambios radicales. La película de Berger en cambio desea permancer un cuento de hadas. Inteligente, oscuro pero siempre un cuento de hadas. Deseando ser quisquilloso, puedo decir que, ha sido España a través de su director más representativo a rendir homenaje (aunque sea sólo por pocos minutos) antes que los démas a la estética del cine mudo. ¿Os dice algo Pedro Almodóvar y la escena de la "violación" de Benigno en "Hable Con Ella"? En la eventualidad "Blancanieves" es un largo homenaje a aquél ejemplo sublime de arte cinematográfico ... y no es poca cosa. En opinión, esta película ha demostrado una técnica más refinada respecto a la bella película de Hazanavicius, se ha confirmado de mayor impacto, tanto en la realización y en el éxito, así como en el aspecto visual de la elaboración y del uso agradable del mudo en refuerzo de la historia. Lo que distingue significativamente Berger es su extraordinaria habilidad iconográfica : el encuadre de su cámara sigue siempre características coherentes a lo largo de la película, pero a su manera únicas y fascinantes, geométricamente perfectas, capaces de rimas visuales, contraste evidentes y un uso casi pictórico del cine.

Existe un placer sin tiempo en ver una película muda, una especie de alegría primitiva que surge de la utilización de sólo las imágenes sin necesidad de palabras para explicar el significado de la historia. Una dimensión, que tiene un valor mayor en comparación con un cuento de hadas, donde el elemento grotesco amplifica cada paso. Reconstrucción (por consiguiente, reinterpretación), y no simplemente una copia de cine mudo, la película se mueve sinuosa y logra capturar al espectador transportandole en una dimensión alternativa, encantada. "Blancanieves" tiene sus puntos fuertes en la interpretación de dos iconos del cine español como Maribel VerdúÁngela Molina que demuestran saber dosificar la actuación hípergestual requerida por el papel consiguiendo puntualmente detenerse con prontitud en el umbral del overacting y de la farsa. Reproducir los mecanismos interpretativos del cine mudo no significa olvidarse que la película va dirigida a un público acostumbrado al sonido. En este sentido, la música tiene una fuerte valencia diegética convertiendose en instrumento valioso capaz de cadenciar el ritmo del montaje, como en las dos escenas a compás de flamenco de la muerte de Doña Concha o de la memoria recuperada de Carmen. Toda la película es ante todo un homenaje al cine como historia: no tan sólo se limita a recuperar los orígenes del cine con el blanco y negro y el mudo, lo llama explícitamente, lo nombra en escena : con el zoótropo, por ejemplo, que incluso es pre-cine. Con el ojo del toro, nominado continuamente y enfocado en primer plano, que recuerda la linterma mágica de género Bull's Eye (ojo de toro).

"Blancanieves" es una película que trasuda maldad y muerte gracias a la presencia fascinante de los ritos relacionados con las corridas de toros y con las crueldades vergonzosamente perpetradas (aún) a los mismos, pero que también sabe encantar con los ambientes bucólicos e irreales de un paisaje que siempre sorprende por el poder sugestivo que cautiva al espectador. Como ya mencionado anteriormente, las referencias al maestro Buñuel son numerosas y explícitas, desde Andalucía de la misma década de sus más famosas películas surrealista hasta el espíritu decadente y grotesco. También se entrevén sombras chinas y ferias itinerantes, otros lugares típicos del pre-cine. Los enanos, lejos de recordarnos Gruñón y compañía, son muy similares a los "Freaks" de Tod Browning (1932). Se pueden encontrar otras alusiones más, pero esto da una idea de la elaboración de exquisita cultura que el director español ha realizado sobre su eficaz amalgama barroca. Berger crea una obra del encanto irresistible, danzando con el espectador en una baile sinuoso que plasma realismo y fábula con sorprendente madurez, sin manifestar ninguna caída de ritmo, hasta tocar el ápice en un plano final que huele a poesía.

Valoración : 9 / 10


En dos palabras : Las premisas no eran las mejores: otra versión del legendario cuento de hadas, otra película muda que sigue la estela de "The Artist". En cambio "Blancanieves" no sólo no es una fotocopia, no sólo evita las trampas del formalismo y de la afectación, al contrario (sobre todo en la segunda parte) se convierte en un óptimo ejemplo de cine ibérico-fantástico, con incursiones en el maravilloso cine de Buñuel, Fellini, Murnau, Browning...Una película visualmente espectacular, electrizante y tensa, que te captura mucho más que algunas (tantas) películas habladas y te entra en el corazón con su fuerza explosiva. Magnífica!

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