junio 28, 2011

Película del día...

Cars 2 - John Lasseter & Brad Lewis , 2011

En el primer episodio de "Cars" la narración era casi totalmente inconrporada en un único escenario, Radiator Springs, en la Route 66. La concentración en este único lugar hacía emerger un componente clave de la película, extendido a lo largo de su recorrido: la fijeza espacio-temporal donaba un tono melancólico, una mirada que se desvanecía en los tiempos pasados, una mirada a la frontera fordiana, otra a los valores a la Frank Capra. Un espacio inspeccionado a conciencia, en cada metro de hormigón: el alma del personaje valía mucho más de sus acciones.

En "Cars 2" los motores de la narración han cambiado radicalmente: no es un caso que Radiator Springs aparezca solamente después del íncipit y en el final de la película. En un principio irradiando una atmósfera reconocible, ya anticipada en el primer capitulo y al final con una última carrera de autos. Esta vez, por consiguiente el discurso no se centra en el mito de la frontera, en el placer semioculto de los valores de la provincia americana, suspendida entre las viejas tradiciones y lo nuevo que inevitablemente avanza. Los lugares se muliplican al infinito, hasta moverse libremente a escala internacional. A acompañar a la estrella Lightning McQueen alrededor del mundo son sus amigos de siempre, capitanados por Mater, a todos los efectos co-protagonista de la película.

Se visita Japón, entre los nuevos rascacielos luminosos y los antiguos teatros Kabuki, París, entre un paseo romántico por el Sena y los artistas callejeros, Italia, donde una calorosa pandilla organiza una fiesta en la ciudad imaginaria de "Porto Corsa" (pero el homenaje a Italia no termina aquí: uno de los automoviles protagonistas es la Ferrari tricolor Francesco Bernoulli), Londres, al servicio secreto de su Majestad.
La historia de "Cars 2" se apoya prinicipalmente sobre dos vías: por una parte las carreras automovilísticas de costumbre, y por la otra una spy story que ve implicado Mater, además de dos new entry, Finn McMissile e Holley Shiftwell. ¿Son las rimbombantes carreras que hacen de hilo conductor? o ¿Este homenaje al género de espionaje predomina llenando con un nuevo combustible los tanques de la Pixar?...

Las dos historias se entrelazan, mientras que las aventuras de McQueen siguen un camino más o menos conocido y predecible a todos nosotros, aquellas de su amigo Mater representan la verdadera novedad de este episodio, aunque sí con este género los estudios de la Pixar habían realizado algo de completamente superior con "The Incredibles". En "Cars 2" la acción y la diversión han sido creados prevalentemente para un público de niños, conectando con aquellos personajes que ya han aprendido a conocer y a los cuales se han encariñado desde un principio. Destinada a los adultos, en cambio, una de las moralejas de la fábula: los combustibles ecológicos como alimento para luchar contra la contaminación y que permiten de todos modos hacer correr velozmente los automóviles.

En este caso los ingredientes de la Pixar son los habituales: acción, sketch divertidos, citas, moraleja final (la amistad viril que trasciende todas las barreras), condimentada por una animación digital que alcanza nuevas cumbres de perfección. El entretenimiento está asegurado, pero la situación no es del todo clara : ¿Dónde quedaron las invenciones y la poesía de las películas precedentes?... Indudablemente "Cars 2" es uno de los productos menos ambiciosos de la Pixar, una máquina infalible para el merchandising, una mina de oro por una vez destinada especialmente a un público infantil. Dicho esto, no os dejéis intimidar por las críticas negativas: porque son principalmente, el resultado de las altas expectativas creadas sobre la base de la excelencia artística de Les Enfants Terribles de Emeryville"Cars 2" es una buena película de animación que contiene momentos divertidos, y por lo tanto, recomendada para pasar una agradable noche de verano alejados del bochorno. Pero esta vez, podéis dejar en casa los Kleenex.

Valoración : 6.5/10


En dos palabras : "Cars 2" es una película de animación, técnicamente válida, llena de personajes cautivadores y agradable de principio a fin. Su único, verdadero problema es el ser un producto Disney-Pixar, equipo que nos ha acostumbrado a grandes obras de rara poesía, y que aun cuando ha realizado productos más comerciales nunca se ha basado en lugares comunes y en un merchandising exagerado. Esperemos que se mantenga como un episodio aislado y que el corazón de la Pixar vuelva a latir en las próximas "Brave" y "Monsters University".

junio 27, 2011

Película del día...

X-Men: First Class - Matthew Vaughn , 2011

5 años después del decepcionante "X-Men: The Last Stand", y omitiendo el spin-off "X-Men Origins: Wolverine", en casa Fox finalmente se han decidido de desempolvar los mutantes más famosos del mundo de los comics. Llevados en pantalla 11 años atrás por Brian Singer, padre de los dos primeros capítulos inolvidables y aquí autor del guión y productor, los X-Men prueban en efecto a relanzar un franchise que se creía acabado, después del no entusiasmante resultado obtenido por Brett Ratner en el 2006. Para lograr esta casi imposible hazaña ha sido convocado uno de los directores más prometedores del momento, es decir Matthew Vaughn primero desairado con la óptima "Stardust" y después justamente elogiado con la espléndida "Kick-Ass". ¿Resultado? El alumno ha vencido al maestro. Porque "X-Men: First Class" es indudablemente el mejor episodio de toda la saga.

Cavalgando la ola del "Begins" de nolaniana memoria, Vaughn ha rediseñado los rasgos de los X-Men, contandonos sus orígenes, su historia, su descubrimiento, nacimiento y evolución. ¿Quiénes eran Profesor X y Magneto antes de "convertirse" en Profesor X y Magneto? y ¿Cómo y cuándo nacieron los X-Men?. Respondiendo a estas dos sencillas preguntas, Ashley Edward MillerZack Stentz, Jane Goldman y el mismo Matthew Vaughn, comenzando por un guión de Brian Singer, han dado vida al reboot del año. Porque "X-Men: First Class" resucita de manera espectacular uno de los franchise Marvel más amados de todos los tiempos. Omitiendo las "libertades" tomadas por los autores respecto al original, X-Men 4 posee, en efecto el mérito de convencer desde todos los puntos de vista. La película de Vaughn es mucho más que una simple "historia de los orígenes" : es una reflexión, ante todo, sobre la transitoriedad del hombre, donde el verdadero monstruo es el mismo ser humano, en su ser genético. Y no es un caso que el guión haya encontrado su justo background histórico en la bestialidad de los campos de concentración (donde se realiza el primer encuentro extraordinario enre el joven Erik/Magneto y Shaw) y en la absurdidad de la Guerra Fría, haciendo aún más viva y actual la reflexión sobre el hombre como tal. Es decir "Bestia".

Llevando la historia hasta los años de la Guerra Fría, Vaughn esboza un mundo desgarrado por el odio, por el miedo a lo diferente, representado por el comunismo. Los rusos son el enemigo numero uno, una guerra nuclear está a las puertas, el mundo está en colapso. La humanidad, una vez más confirma su naturaleza bélica, alimentada por el odio y el miedo. En un contexto similar Vaughn siembra mutantes, desempareja el campo de juego. Porque en el preciso momento en que el mundo descubre su existencia, decisiva para la salvación de la humanidad, son ellos mismos a convertirse en lo enemigos a abatir. Los seres "diversos" de exterminar. En el construir la trama, desde el punto de vista de la escritura simplemente impecable, el director juega sobre tantos niveles narrativos, sopesando con astucia y sabiduría dos personalidades tan fuertes como diferentes. Aquella de Profesor X y Magneto, es decir Charles Xavier y Erik Lensherr, amigos al principio, casi "hermanos", y enemigos al final. Uno sabio, reflexivo y en defensa de la tierra, el otro impulsivo, vengativo, hambriento de poder e intencionado a derrotar a la raza humana, porque es considerada inferior. Ayudado por la convincente y memorable interpretación de James McAvoy y Michael Fassbender, "X-Men: First Class" gira completamente alrededor de estos dos extraordinarios personajes, marcados por un pasado incómodo como diferente.


Vaughn y su equipo de guionistas han conseguido con éxito modelar las diferentes facetas de estas dos complejas personalidades. En medio, una plétora de personajes (incluidos aquellos que se convertirán en protagonistas de la saga) que el guión consigue casi siempre dar el peso justo, mostrandonos peculiaridad y evolución: a partir del malvado Shaw, interpretato por un perfecto Kevin Bacon, para continuar con la problemática Raven/Mystica de Jennifer Lawrence, el futuro Bestia de Nicholas Hoult y la bellísima, letal y sexy Emma Frost, que posse el espléndido rostro de January Jones. El gran mérito de la película es el de haber llevado a los personajes y a la narración en un entorno completamente diferente del conocido, evocando aquellos días bastantes lejanos (cincuenta años atrás), sin olvidar las necesidades y la naturaleza de un largometraje contemporáneo. Más allá de las evoluciones visivas y de los efectos especiales, además, sobresale de forma evidente la personalidad de los distintos protagonistas. Los mutantes, estos jóvenes de una característica común pero interiormente dotados de poderes excepcionales, a veces parecen casi inadaptados, tanto así de pronunciar simultáneamente, en una escena romántica, un sincero "no tienes idea de lo que daría por sentirme normal". Su verdadera naturaleza constituye en realidad una barrera que los separa del resto de la humanidad, incapaces de aceptar y comprender sus oscuros secretos.

Otro aspecto en donde el guión se revela bastante eficaz es la descripción de los acercamientos y divergencias sentimentales que se crean dentro del grupo, como el problemático, entre la frágil Raven (Lawrence) y el tímido pero brillante Nicholas (Hoult), todo jugado sobre una dialéctica entre la aceptación (con la consecuente reivindicación) de su situación de "diverso", y el rechazo total de la misma, y sobre como este contraste llevará a los protagonistas a (con)vivir en el ámbito de la sociedad humana. Una razón, esta última, que de hecho ha sido siempre uno de los aspectos más importantes de la saga, y que aquí coge inspiración de una ambientación históricamente significativa (el mundo dividido en bloques y al borde de una nueva guerra) y de la amarga reflexión sobre la identidad esencial del comportamiento humano, independientemente de las divisiones, cuando se trata de la eliminación de la diversidad. Resulta difícil no entender, y ni siquiera no sentir empatía con el rabioso Erik (Fassbender) cuando en el final hace definitivamente la elección de su campo, condenando con una sentencia definitiva la humanidad en su totalidad. Y se puede también perdonar al guión, sobre la base de lo anterior, la evolución un poco forzada y poco profundizada de algunos personajes, como en el caso de Angel Salvadore interpretada por Zoe Kravitz.

Frenética y fascinante, rica de twist ending y embellecida por un divertido cameo de Rebecca Romijn y sobre todo de Hugh Jackman, "X-Men: First Class", con un budget de 160 millones de dólares, respecto a los casi 300 del tercer decepcionante capítulo, es un título que confirma la innegable calidad de un director, Matthew Vaughn, que supera con gran éxito el examen hollywoodiano. Y esperando que este "primer" capítulo sea sólo el comienzo de una nueva trilogía, posiblemente dirigida enteramente por él, hago un brindis entonces al milagro, no sólo porque los X-Men han regresado, sino porque han literalmente vuelto a nacer, aún más convincentes que antes.

Valoración : 8/10


En dos palabras : Matthew Vaughn sigue los pasos de Brian Singer y confecciona una película intrigante, que gustará también a quién no está acostumbrado al género, porque describe a los personajes desde sus orígenes, "X-Men: First Class" gracias a un elenco de espesor - más que notables las performance de Michael Fassbender y James McAvoy y en gran forma Kevin Bacon -, una puesta en escena sobria, efectos especiales de ninguna manera redundantes y un cuidado especial por la caracterización de los personajes, es un prequel sin lugar a dudas perfectamente logrado.

junio 21, 2011

Las 50 Mejores Películas de los 90's IV.

20. Riff-Raff de Ken Loach (1991)


En esta comedia ligera y amarga, pero de ninguna manera frívola o despreocupada, Ken Loach traza un inolvidable retrato de Inglaterra de finales de los 80, bajo el gobierno conservador de la férrea señora Thatcher. Entre despidos injustos, falta de sistemas de seguridad , divisiones y venganzas, el sitio de construcción se convierte en metáfora de la misma Gran Bretaña, catalizando, en un espacio tan pequeño, el conocimiento humano en su totalidad. "Riff-Raff" representa probablemente una de las más realistas representaciones posibles de las consecuencias directas del éxito neoliberal en la sociedad post-industrial occidental. Sin lugar a dudas la obra maestra de Ken Loach. (tráiler)



19. Ed Wood de Tim Burton (1994)


Tim Burton consagra una figura que, después de todo, no era más que un inepto y en el hacerlo ha firmado una de las más grandes declaraciones de amor hacia el séptimo arte. "Ed Wood" es en efecto una película sobre el cine, sobre la pasión que impulsa a muchísimas personas a invertir todas sus fuerzas en lo que creen que es lo más importante, más allá de toda posible evaluación. Obra perfecta desde todos los puntos de vista: escrita óptimamente; dirigida de manera sublime, con una bellísima fotografía y sostenida por un cast en estado de gracia en el que destacan un perfecto Johnny Depp y un superbo Martin Landau. Quién ama el mundo del cine no podrá no apreciar esta película. (tráiler)



18. The Big Lebowski de Joel & Ethan Coen (1998)


"The Big Lebowsky" es el producto de una comedia cínica y sagaz, capaz no sólo de entretener sino también de poner en serias dudas los principios más sólidos de la sociedad americana, con un aluvión de situaciones ridículas y diálogos mordaces que consagran en el mundo del cine indipendente el trabajo de dos mentes verdaderamente brillantes. Divertida y agradable comedia en estilo noir, "The Big Lebowsky" está constelada por guiños críticos que, aunque endulzados por aquella naturaleza cómica no se desnudan de su dureza, dejando espacio también a implicaciones de tipo reflexivo y algunas veces polémico que contribuyen en convertirla en una pelicula inolvidable... Un cult!. (tráiler)



17. Trois Couleurs: Bleu (Three Colors: Blue) de Krzysztof Kieślowski (1993)


El íncipit de "Trois Couleurs: Bleu" es durísimo, se percibe en el aire enrarecido por el espectro de la muerte inminente, la vida pende de un hilo; entendemos que es una cuestión de segundos, la existencia es una llama tenue que puede apagarse para siempre. Kieślowski nos acoge así, a través del dolor nos abre la puerta de la mente de Julie (una grandiosa Juliette Binoche), para entenderla sin juzgarla, para sentirnos cerca a ella, la cámara coge al espectador y lo lleva dentro de Julie. El gran trabajo de Kieślowski, cineasta extraordinario, no ha sido sólo el de ofrecernos a través de la película un retrato detallado que indaga en el alma de una mujer, que recorre el dolor de quién a pesar de todo tiene que seguir viviendo; sino de haber sido capaz de expresarlo utilizando al máximo y en su totalidad las potencialidades que ofrece el cine. (tráiler)



15. Mononoke-hime (Princess Mononoke) de Hayao Miyazaki (1997)


"Mononoke-hime" es la demostración tangible de la diferente concepción de cine de animación en oriente; en el país del sol naciente esto es simplemente una forma como otra cualquiera de hacer cine con un público prevalentemente adulto."Mononoke-hime" es un drama atípico, que abraza algunos rasgos estilísticos que caracterizan la novela cortés-caballaresca, para después alejarse bruscamente. La obra de Miyasaki es una tragedia sin final feliz, sin embargo desprovista de un personaje malvado verdaderamente; una danza de situaciones en apariencia confusas, un imponente mosaico de personajes inolvidables. Realismo, cotidianidad, universalidad omnipresentes; un pragmatismo che raramente encontramos en una obra cinematográfica, menos aún en una película de animación. (tráiler)



15. The Silence Of The Lambs de Jonathan Demme (1991)


Indiscutible Cult Movie, fundamento de la cinematografía mundial. arquetipo e inspiración para numeroso directores, y también primera película de la trilogía de Hannibal Lecter (aunque si ya había aparecido en la óptima "Manhunter" de Michael Mann). "The Silence Of The Lambs" es una obra densa en contenidos, tensiones, giros inesperados, con un ritmo manejado perfectamente por la excelente ditrección de Jonathan Demme, por el guión y por las magistrales interpretaciones de dos grandes actores como Jodie Foster y Anthony Hopkins. El papel de protagonista es realizado por ambos de tal manera que es bastante difícil entender quién es realmente el personaje principal. Obra maestra metropolitana capaz de perturbar al espectador con una puesta en escena digna de un teatro isabelino, entre fascinantes visiones y furiosas aceleraciones a lo largo de una espiral de tensión. (tráiler)



14. Dà Hóng Dēnglóng Gāogāo Guà (Raise The Red Lantern) de Zhāng Yìmóu (1991)


Zhāng Yìmóu nos introduce con pasos acolchados a través de las heladas habitaciones de un palacio nobiliario del 1920, en China. Los interioriores son espaciosos, elegantes, con líneas limpias. Silenciosos. El destino de Songlian (una estrepitosa Gong Li que dona a su personaje una piel pálida y unos penetrantes ojos negros), se lleva a cabo en su totalidad en este lugar. Yìmóu nos presenta de esta manera a su trágica heroína, con un íncipit controvertido y sarcástico, que poco a poco en la película asume los caracteres más definidos di una amarga condición universal. El director pinta de rojo la sumisión femenina al poder patriarcal, a la ley masculina y la condición de esclavitud de las mujeres se convierte en una despiadada y terrible metáfora de todas las opresiones, el grito fragmentado de los más débiles frente a los mecanismos implacables del poder. (tráiler)



13. Wild At Heart de David Lynch (1990)


Inflamable y acalorado, este largometraje puede ser considerado correctamente el más experimental de su creador, que ha probado a entrelazar imaginación / imaginario colectivo, visión personal e historia popular en un melting pot ciertamente desbordante pero al mismo tiempo calibrado, preciso en la saturación de los espacios del significado, ya sea mental que sobre todo cinematogrífico. Obra-contenedor y a la vez vehículo de duro trabajo de re-interpretación, "Wild at Heart" puede ser vista como una visión de la cultura popular americana realizada por quién ha sabido capturar la superficialidad peligrosa y animal: Lynch nos regala su imagen personal de aquella América de fast-food, de Chevrolet y de matones, de casas adosadas e de suegras arpías. Imprescindible. (tráiler)



12. Unforgiven de Clint Eastwood (1992)


"Unforgiven" es el decimotercero western interpretado por Eastwood y su decimosexta dirección. Se trata de una obra crepuscular, teñida de cinismo y de ambientes noir, más parecida a una tragedia shakespeariana que a un western. El ojo de Eastwood detras de la cámara es frío y despiadado. Sin prejuicios, se limita sólo a relatar. Clint Eastwood es sin lugar a dudas un grande autor, capaz de narrar una historia que destruye todos los mitos de ese género cinematográfico que lo ha hecho famoso. Él hace caer, uno por uno, los normales arquetipos del western y realiza una obra de extraordinaria intensidad y llena de melancolía, sin enfatizar jamás los personajes y sus acciones, sin ser partidario de nadie. "Unforgiven" es una de aquellas películas que dejan huella profunda. (tráiler)



11. The Age Of Innocence de Martin Scorsese (1993)


Amarse "escandalosamente", abandonarse inermes a un sentimento dominante, dejar que las emociones sigan su curso como el florecer de las flores, las cuales abren secuencias que raramente vemos en el cine. Una historia hecha de intervenciones providenciales del destino que primero desencadena pasiones imposibles, y después las sofoca sin piedad dando inicio a una relación estéril, no consumada. Todo hábilmente resaltado por los movimientos de cámara: impacientes y febriles en los primeros tres cuartos de hora (memorables los travelling sobre los cuadros mientras Daniel Day-Lewis atraviesa los salones de los Beaufort), posados y estáticos después. Scorsese realiza una película de una escrupolosidad extrema, para todos aquellos que no le creían capaz de capturar los aspectos más impalpable de circustancias sobre todo amorosas. Obra maestra. (tráiler)

junio 19, 2011

Película del día...

Hanna - Joe Wright , 2011

Decepcionando critica y público con "The Soloist", Joe Wright era muy esperado con esta nueva película. Porque después de haber encantado a medio mundo con "Atonement" y "Pride and Prejudice" (un total 11 nominaciones a los Oscar), el director británico tenía que tomar una decisión rápida, de manera de alejarse una vez por todas de las películas de época. ¿Qué mejor oportunidad si no "Hanna", claustrofóbico thriller con un cast excepcional?.Hanna es una adolescente que ha sido crecida por el padre en las áreas silvestres de Finlandia. En un bosque, sin siquiera ver a ninguno, entrenada día y noche con la finalidad de convertirse en una máquina de guerra. Un soldado perfecto. Hanna conoce el italiano, el español, el alemán, el japonés, el ruso, el árabe. A instruirla es su padre, ex agente de la CIA que le esta enseñando las mejores técnicas de lucha para poder sobrevivir en un futuro que año tras año es cada vez más amenazante. Porque la misión de Hanna es solamente una. Matar a una mujer pelirroja, antes de que esta mujer haga lo mismo con ella. A medida que se acerca al objetivo final, Hanna es obligada a enfrentarse a las sorprendentes revelaciones acerca de su existencia, que la llevarán a interrogarse sobre su inesperada humanidad…

Treinta minutos prácticamente impecables. Joe Wright nos catapulta inmediatamente en el anómalo mundo de Hanna, jovencita de pelo largo desaliñado, de piel blanca y ojos azules, fuerte como un adulto, veloz, astuta y fría cuando se trata de matar a cualquiera que se cruce por su camino, animal u hombre que sea. Inmersos en las llanuras glaciales finlandesas, descubrimos paso a paso el increíble universo de esta joven protagonista, crecida como una moderna "Mowgli". Completamente alejada del mundo civilizado, siempre sola junto con su padre, sin electricidad, televisión, música. 24 horas diarias por 365 días al año de entrenamiento, físico y mental. Wright desvela lentamente los rasgos de Hanna y del porqué su padre la está convirtiendo en un soldado. La escena que la lleva por primera vez a estrecho contacto con una sanguinaria Cate Blanchett es simplemente impecable. Apremiante, misteriosa, tensa, la película en la primera parte sorprende, y conquista, gracias a una dirección jamás caótica, jamás insípida, introspectiva pero incisiva en las escenas de acción, a menudo rodadas con largos y excelentes planos secuencia. Convence un poco menos la parte central, el descubrimiento del "mundo" por parte de Hanna es obviamente un passo sucesivo inevitable. Pero innegablemente banal. La primera "amistad", el primer acercamiento físico con una persona del sexo opuesto, el asombro en el encontrarse con una civilización que increíblemente nunca había visto. Pasos vacilantes che se hacen un poco evidentes, pero sin perder nunca el interés.

Joe Wright visivamente experimenta tanto y explota adecuadamente las sugestivas location del viejo continente no banalizandolas en escenarios de postal y en la parte puramente action regala a cada secuencia una particular connotación visiva nunca repetitiva, como por ejemplo la intrigantemente caótica secuencia de la fuga de Hanna del bunker de la CIA, la notable escena de lucha con Eric Bana en el pasaje subterráneo rodada en un único plano secuencia o la persecución en el puerto. La bellezza de visionar un clásica película de acción con pinceladas de espionaje en las manos de un director como Wright está en la compenetración de observar con atención la excavación de los personajes sin dejar de lado la parte simplemente lúdica, o los insertos humorísticos. Es sorprendente la destreza de una grande Saoirse Ronan en el mezclar curiosidad adolescencial, explosiones de violencia extrema y aquella alienación de quién entra en el pánico frente a una televisión antes que al descubrimiento de las meravillas de la electricidad. Óptima (como era de esperarse) la interpretación de Cate Blanchett su álgida y psicopática Mata Hari asusta incluso a través sólo de la mirada, perforante, fría y al mismo tiempo oscura e inquietante, mientras quién a ganar a lo grande el reto "masculino" entre co-protagonistas es sin lugar a dudas Tom Hollander, sublime y violento con modales afeminados, respecto a un Eric Bana decididamente más en la sombra y menos incisivo, optima también la fotografía di Alwin H. Kuchler, Wright para no perderse nada ha tenido la dichosa intuición de inserir en "Hanna" un fil-rouge fabulista hecho de señales y sugerencias infantiles que encontramos en algunas locations o/y al interior del mismo guión.

Por último cabe mencionar la perfecta banda sonora de The Chemical Brothers, aguda y abrumadora, para una película che quizá puede decepcionar un poco sobre todo en la parte final, pero aquella "decepción" se hace rápidamente olvidar por un gran trabajo de dirección irreprochable. Relatando la "fábula" de una niña crecida demasiado rápido y literalmente despojada de su adolescencia, Wright remarca miedos y expectativas, homenajeando los oscuros cuentos de los hermanos Grimm, entre casas de mazapán, enormes bocas de lobos sedientos de sangre, brujas y cazadores, con presas que se convierten en depredadores, y una dirección de calidad que satisface, librando definitivamente al director británico de la voluminosa sombra de los corpiños de encaje.

Valoración : 7.5/10



En dos palabras : El británico Joe Wright después de las adaptaciones literarias de "Pride and Prejudice" y "Atonement" y el biográfico "The Soloist", se pone a prueba con su primer action-thriller y gracias precisamente a la poca familiaridad con los clichés del género, consigue confeccionar una película intrigante y original con secuencias action particularmente refinadas y toques de clase que visten toda la película y que hacen de "Hanna" una agradable sorpresa.

junio 10, 2011

Película del día...

The Beaver - Jodie Foster , 2011

La trama gira en torno a la triste historia de Walter Black (Mel Gibson). A Walter no le falta casi nada : es presidente de una consagrada compañia que produce juguetes y tiene una bella familia. Aparentemente, sin embargo, no es suficiente para evitar que nuestro protagonista caiga en una profunda depresión. Después de varios intentos con tanto de doctores, medicamentos y terapias, el hombre experimenta,  a su pesar, una ayuda bastante especial y singular. Separandose de su hogar familiar, Walter encuentra por casualidad un muñeco con la forma de un castor. Un poco más tarde, The Beaver, milagrosamente, “tomará vida”! ¿Su misión será? Levantar el destino de un hombre que parece no tener alguna esperanza.

No penséis que sea una hazaña fácil! Cuando el bienestar económico y los afectos, después de todo adquiridos, no permiten dejar hundirse, es evidente que el número de remedios al alcance sufre una importante selección. En algunos casos hay que encontrar "solos" la fuerza para poder levantarse de tales caídas (es más fácil decirlo que hacerlo, ovbiamente). Jodie Foster retrata de manera delicada esta rehabilitación sui géneris de Walter.

Durante la sucesión de los episodios, "The Beaver" consigue hacernos reir, pero sobre todo, nos lleva también a reflexionar. Sirviendose de un registro que hace uso de soluciones non excesivamente fuertes (a excepción de los últimos quince minutos), asistimos a la irrupción de esta especie de marioneta en la vida de la familia Black, hasta llegar al punto de coger, incluso, las riendas de la empresa de Walter. Entre escenas hilarante y otra un poco más sobrias, emerge la potencia de esta escapatoria elegida por el personaje de Mel Gibson. Este último, debido a una aparente inestabilidad mental, se anula en favor del castor que lleva en mano. Sin embargo, al menos en un punto, las palabras puestas en bocca por la directora americana al muñeco “vivente”, nos llevan a hacer una pequeña pausa sobre el porqué un persona pueda llegar tan lejos con tal de no hacer frente a aquello que está sucediendo a su alrededor. Es aquí que, aunque sólo por un instante, nos preguntamos ¿Quién está loco y quién no?. Si en realidad, el extravagante personaje, literalmente inventado por Mister Black, no sea más “normal” del que nosotros dejamos entrar (sin ni siquiera darnos cuenta), dentro de el concepto de “normalidad”.

Otra clave de lectura altamente significativa es la relación entre Walter y su hijo Porter (Anton Yelchin), un brillante teenager que lucha con su "doble vida” de estudiante y escritor a escondidas. Los compañeros de clase se dirigen hacia él debido a sus grandes habilidades de orador. Poco a poco que la trama asume consistencia, se vuelve cada vez más presente el acercamiento entre padre e hijo. El joven dice de odiarlo, pero (como es fácil intuirlo), detrás de este genuino resentimiento se esconde una estimación en el fondo jamás cambiada hacia el padre, superada sólo por una dura amargura. A mi parecer el énfasis puesto sobre el enfoque paterno es funcional para lo que se desea hacer filtrar: el viejo Walter Black ha desaparecido y ahora tendrá que esforzarse realmente para poder (re)construirse, como y mejor que antes.

Antes de terminar esta reseña es necesario resaltar la óptima la fotografía de Hagen Bogdanski, con su paleta de colores consigue combinar magníficamente todas las variaciones del azul (que por antonomasia es el color de la tristeza, “feeling blue”) y del furor expresivo del rojo, en los graffitis de la atormentada co-protagonista Norah (Jennifer Lawrence), novia de Porter. Óptimo también la afinidad entre Mel Gibson y Jodie Foster que constituyen una pareja creíble de mediana edad en crisis; al respecto, es obligatoria una mención especial para el actor, director, productor... australiano, en el doble papel (de ninguna manera al alcance de cualquiera), de deprimido crónico y muñeco hablante. Óptima la prueba de los jóneves Jennifer Lawrence y un fantástico Anton Yelchin. Óptima, por último, la música original de Marcelo Zarvos que en gran parte de la película hace retumbar pianos y violines falsamente alegres y que, en el final, cogen el cuerpo y la voz intelectualmente depremida de Thom Yorke en la elección de aquella pequeña obra maestra del nombre "Exit Music (for a film)" extraída de la tracklist del paradigmático "OK Computer".

En definitiva, "The Beaver" es una película agradable y lo suficientemente tierna para no caer en el ridículo, pero al mismo tiempo realista, de ninguna manera inquisitorial. Su propósito, da lugar a "otra cosa". "Otra cosa" que podemos intentar de imaginar, pero que en su escabullirse de las sentencias fáciles, interroga a cada uno de nosotros sobre que cosa verdaderamente estamos buscando. Sin divisones, ni categorías, que tanto gustan a quién desearía (a lo mejor, inconscientemente) que todo esto fuera realmente más simple.

Valoración : 7/10


En dos palabras : Jodie Foster y Mel Gibson afrontan el oscuro tema de la depresión a través de un guión fantasioso y original. No obstante la diferencia entre una primera parte más brillante e implicante y la sensible caída de tono en la segunda, que conduce a un epílogo que contrasta y disminuye el asunto principal de la película, los ingredientes bien mezclados entre ellos otorgan sin embargo a la "comedia" una buena nervadura de base que regala noventa minutos de entretenimiento agridulce.

junio 07, 2011

Película del día...

Thor - Kenneth Branagh , 2011

Thor, Dios del trueno, Hijo de Odin, creado en 1962 por los geniales Stan Lee y Jack Kirby, no es desde luego el personaje de la Marvel más fácil de llevar al cine. Inspirado en la mitología nórdica pero renovado a través de la desenvoltura yankee de Stan Lee, ha representado desde siempre para los lectores una fascinante fusión entre seria epicidad, desenfrenadas invenciones fantasy y aquél gustillo inocente desconocido en las otras publicaciones de la "La Casa de las Ideas". De todos los superhéroes de la Marvel, no por casualidad, Thor ha sido siempre el más desenganchado a la actualidad política e histórica, un superhéroe con menos "superproblemas" respecto a otros colegas. Kenneth Branagh no parecía ser la persona más adecuada a la cual encomendar un proyecto de este género, pero resulta ser inesperadamente el arma ganadora en el éxito de la película. Primero que nada elimina casi totalmente los subtextos mesiánicos-cristológicos que habrían podido hacer pensar al enésimo "Superman", infundiendo (voluntariamente), ecos shakesperianos al personaje de Lee & Kirby. Transformando el acontecimiento en una lucha fratricida en la que todos tienen sus propias razones y un lado oscuro que ocultar.

Loki, temible Dios del engaño (en los comics astuto manipulador sin escrúpulos), en la película se convierte en un personaje más esfumado y "comprensible". Hijo "bastardo" de Odin, celoso del potente hermano, deseoso de afecto y de dar una imagen positiva ante los ojos del padre, no posee la ambición del poder ("nunca ha deseado el trono"), es un Yago un poco más simpático que el protagonista. El guión esta esctito por diez manos, y cuenta sobre todo con la aportación de J. Michael Straczynski, óptimo conocedor del material de partida, habiendo dado vida a las historias del "Poderoso Thor" desde 2007 hasta el día de hoy, y obviamente concede a la película el mismo mágico equilibrio entre epicidad e ironía. Si las secuencias ambientadas en Asgard, la ciudad de los Dioses, son de hecho, impregnadas de adrenalina y efectos digitales, la parte central de la película, en la tierra, ve al protagonista (exiliado por el padre porqué juzgado demasiado arrogante y agresivo), simpáticamente comprometido con los usos y costumbres de los mortales, y sobre todo conocerá a la bella astrofísica Jane (Natalie Portman) de la cual no podrá no enamorarse. Las dos almas de la película se encuentran afortunadamente también porque, los aligeramientos irónicos no son de ninguna manera demasiados calcados y Branagh consigue representar el mundo de los asgardianos sin que parezca desequilibrado o exagerado.

Desde el punto de vista filológico "Thor" satisface a los fan del cómic porque respeta más o menos todos los puntos destacados, a comenzar por la lucha contra los gigantes de hielo, el exilio en la tierra, los personajes de contorno (los tres guerreros, Sif, el "Destructor"...). La única, notable diferencia, es aquella inherente a la forma humana del Dios del trueno. En los comics, exiliado, Thor era "fundido" en el cuerpo del bondadoso doctor Donald Blake, que sólo más tarde descubría que podía evocar a voluntad al potente superhéroe. En la película todo esto es simplificado, y al personaggio de Blake se hace refrencia sólo en un par de escenas. La elección es más bien comprensible, porque los diversos elementos son ya tantos. Si se excluye el efecto 3D postizo y absolutamente inútil, el último trabajo de Branagh vence desde todos los puntos de vista y se añade a la lista (no demasiado larga, en realidad) de las mejores películas inspiradas en los comics.

La máquina espectacular está perfectamente engrasada en cada una de sus partes, desde las secuencias de acción rocambolescas y muy bien calibradas, a la componente romántica (el amor "impossible" entre el Dios Thor y la mortal Jane), y el resultado es cine "pop" superfino y entretenidísimo que tiene el valor de presentar al público generalista un personaje y un universo inédito y fascinante, y al mismo tiempo de encasillar con habilidad otra pieza del mosaico Marvel: además de las referencias frecuentes a otras películas de superhéroes (se menciona a Tony Stark-Iron Man y a Bruce Banner-Hulk, y también hace su aparición el personaje de Clint Barton es decir "Hawkeye"), la escena después de los créditos finales relanza la aventura al próximo año, en donde todos los personajes del universo cómic-cinematográfico de Stan Lee (al que se sumará el próximo mes de julio, el esperado "Captain America") harán equipo en "The Avengers", verdadera película-evento crossover, que lleva a los cómics mucho más cerca al arte rodada de lo que han hecho películas como "Sin City" y "300". Sinceramente no veo las horas.

Valoración : 7/10


En dos palabras : Acción, entretenimiento, escenarios grandiosos (Asgard es espléndida) en una película que consigue unir de formar creíble (aquí se encontraba el reto) el imaginario a la "The Lord Of The Rings" con aquello pseudo-científico de las películas Marvel sin que resulte de ninguna manera forzado o postizo. "Thor" está bien dirigida, realizada con gran profesionalidad y dispendio de recursos. De visionar y aconsejar a quién desee probar, en edad adulta, un poco de fábula y de mitología sin dejar de lado una sana diversión de “frikis”. Recomendable.

junio 02, 2011

Película del día...

Meek's Cutoff - Kelly Reichardt , 2011

1845, Oregon. Una caravana de tres familias se hace guiar por Stephen Meek, un montañero que conoce el desierto, hacias las "Cascade Mountains". El hombre, sin embargo, ha tomado un atajo y ha perdido el camino. Ahora todos se encuentran sin saber exactamente que hacer y sobre todo que deciciones adoptar, mientras que los recursos terminan y encontrar agua resulta ser una hazaña cada vez más difícil. Hasta que un día un indio se cruza en sus caminos, y aquella  persona que es considerada desde siempre como el enemigo número uno puede convertirse inesperadamente en su salvación…

Kelly Reichardt se había hecho notar en 2006 con el sorprendente road movie "Old Joy" y en 2008 con la bella "Wendy and Lucy", y ahora regresa con una película que retoma con coherencia estilos y temáticas de su singular recorrido. Agregando sin embargo, algo más a su poética, tal vez ese toque que hace que un director se convierta en un autor de estimar y de seguir muy de cerca. "Meek’s Cutoff" es de hecho una película lenta y esencial sólo en apariencia, mientras que presenta una estratificación de significados bastante notable. Utilizando un formato 4:3, con la clara intención de capturar el paisaje del desierto de Oregon sobre todo en manera vertical, para demostrar lo extenso que es el ambiente y como en muchos casos los personajes son "englobados" por el mismo, la directora estadounidense continúa su recorrido con una historia que todavía esta hecha de caminos, de búsquedas y sobre todo de retos.

La película nos habla del mito americano, de la frontera y de la evidente contraposición entre indios nativos y nuevos colonos (Oregon todavía no era territorio americano en ese entonces), y lo hace con uno estilo sabio y audaz, elogiando con la cámara (a veces estática y otras veces dinámica) paisajes y colores. A modo suyo puede parecer un himno a la extraordinaria belleza de aquella tierra, pero por otra parte "Meek’s Cutoff" nos dice mucho de los conflictos internos del país. A personificar estos conflictos, con un gran personaje lleno de dudas, matices y también defectos, está Emily, interpretata por una óptima y determinada Michelle Williams. Notable es su desarrollo, que comienza con miedo y aversión total hacia el indio, considerado peligrosísimo, pasando después por la astucia (mientras le arregla una sandalia : "Lo hago sólo porque así me deberás algo"), hasta llegar a ser la única del grupo en ser capaz de interpretar su idioma. La protagonista se debe confrontar también con Meek (un convincente Bruce Greenwood), el brusco e inquieto montañero que está guiando el grupo no hacia la fortuna tan deseada, sino más bien hacia la desesperación. Confrontandose de esta manera con dos mundos (masculinos) diferentes, Emily se convierte en el símbolo de una feminidad en busca de un lugar y de una identidad, lista y dispuesta a todo con tal de conseguirla.

Encontramos también el tema de la religión que en un par de escenas es citado explícitamente por algunos de los personajes que ven señales de Dios en algunas pepitas de oro encontradas durante el recorrido, o que incluso se manifiesta en la ceguera como para algunas personas : la madre fanática y moralista interpretata por la simpre intensa Shirley Henderson. El racismo se arrastra por debajo de la piel, y las distancias entre los seres humanos se vuelven enormes... Aparentemente la película de Kelly Reichardt podría parecer una nueva reflexión sobre las contradicciones, las violencias y las incertidumbres del grande mito de la fundación americana, es evidente que a la directora el contexto histórico interesa sólo hasta cierto punto. El discurso es mucho más amplio, y complejo, y concierne la gestión de las relaciones interpersonales, las dinámicas de género y las cuestiones existenciales.

El significado de "Meek's Cutoff" se encuentra en la dialéctica implícita de los protagonistas con los espacios, los deseos, los silencios; en la lenta emersión de las figuras femeninas de la película, que de silenciosas figuras dedicadas exclusivamente a escuchar (y obedecer) a sus hombres se convierten, como en el personaje de Michelle Williams, en verdaderas protagonistas activas y participantes; en la obstinada voluntad de la directora de aceptar y abrazar lo desconocido. La dilatación del tiempo y del espacio asume en este contexto un valor que por un lado es subversivo y por el otro da acceso a una dimensión poética e ideológica en el que las posiciones de los personajes superan sus evidencias: y "Meek's Cutoff" se convierte en un lúcido viaje metafísico, donde la falta de indicación ciertas obliga a repensar sobre uno mismo. Más allá de un final enigmático que dilata la película y sus espacios físicos.

Es difícil pensar que el último trabajo de Kelly Reichardt sea apreciado por todos. No es una película fácil, y que su apariencia de variante "western crepuscular" haya seleccionado (in)voluntariamente una gran parte de público. Sin embargo es una obra que si te aferra no te abandona más, que te lastima y te hace crear dudas y padecer dolores como los personajes, que te hace sentir verdaderamente el calor y la sed, y con la que parece sentir claramente el viento y los perfumes de Oregon. Es una obra que es sostenida emotivamente por poquísimas (pero muy bien seleccionadas) piezas musicales, simples y eficaces. Ah, olvidavo!, entre los productores ejecutivos aparece el nombre de un tal Todd Haynes.

Valoración : 9/10


En dos palabras: Preciosa en el procesamiento de imágenes, lúcida en la introspección psicológica, esencial y sin embargo evocadora en su visionaria concreción, "Meek's Cutoff" es un anti-western que derrumba varios de los estilos de la versión más clásica del género, pero que sobre todo hace de la indeterminación (de los lugares, de las elecciones, de los caracteres) y de la duda difusa, su característica principal. Una película de autor de óptima realización, que merece ser apreciada también (de hecho, quizás especialmente) por el camino difícil que ha decidido recorrer. Absolutamente recomendable.

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