septiembre 28, 2011

Película del día...

La Piel Que Habito (The Skin I Live In) - Pedro Almodóvar , 2011


Visionanado "La Piel Que Habito", inmediatamente salta a los ojos la semejanza impresionante con numerosos cánones estéticos y narrativos del aquél mito del doctor Frankenstein, un científico loco, como bien se sabe, que consigue generar de la materia inanimada, un "ser humano" inmortal y exageradamente fuerte. Pero la novela de Mary Shelley no es la única obra a la cual la película coge inspiración, dentro de ella se encuentra también una clara referencia a la magnífica "Les Yeux Sans Visage" clásico horror de Georges Franju y una no tanto clara(visible) respecto al genio creativo de Alfred Hitchcock, exactamente a una de sus películas más logradas : "Vertigo", obra relacionada con el tema del doble y con la necesidad extrema de recrear a quién se ha tanto amado. Oscuro y claustrofóbico, resula el último trabajo del cineasta manchego, maestro de un cierto tipo de cine provocador y pasional, en donde el encanto de la transformación, la identidad personal incierta, las sólidas relaciones familiares, los recuerdos dolorosos, la violencia, la muerte, el amor afrontado en todas las formas posibles e imaginables y el componente sexual, cogen el protagonismo absoluto. "La Piel Que Habito" es un melodramma que se inclina hacia el thriller-horror, y que a través de temas bastante actuales como la cirugía estética y los experimentos genéticos, da rienda suelta a los impulsos más instintivos y perversos del ánimo humano, desembocando en verdaderas obsesiones maniacales al límite de lo absurdo.

"La Piel Que Habito" es la adaptación cinematográfica de la novela "Tarántula" de Thierry Jonquet, y cuenta la historia de un brillante médico-cirujano, especializado en intervenciones de embellecimiento y reconstrucción de la piel, el doctor Robert Ledgard (Antonio Banderas), que en un instante ve toda su vida destruida, debido a una doble pérdida afectiva. Ledgard vive en una espléndida residencia El Cigarral, junto con la fiel y devota "ama de llaves" Marilia (Marisa Paredes) y una bellísima mujer de nombre Vera (Elena Anaya), la cual se encuentra reclusa en una de las habitaciones de la mansión donde pasa sus días haciendo largas sesiones de yoga y creaciones de tela con pedazos de ropa de mujer que tanto desprecia, completamente envuelta en un body que le hace de segunda piel. Mientras transcurre la película, una sóla pregunta ocupa nuestra mente.. ¿Quién es esa mujer tan parecida a la amada esposa de Ledgard muerta carbonizada años atrás en un accidente de coche?... Los protagonistas danzan dentro de un escenario violentamente perverso, cuyas bases se apoyan sobre episodios igualmente fuertes. El desarrollo de la trama sigue, paso a paso, la presentación de los perfiles reales de cada uno de los personajes. Nada ni nadie, dentro de este cuadro, es lo que parece.


Las índoles personales son el resultado de un legado profundamente diferente para cada uno de ellos, dando un sentido, aunque a veces descabellado, a algunas palabras incomprensibles, acciones o incluso sólo pensamientos. Estos últimos, claramente, podemos solamente intuirlos. A pesar de todo, Almodóvar se mueve perfectamente en el ámbito de la estructuración de cada "marioneta", haciendolas "vivas" y vulnerables. Vulnerabilidad que emerge prepotentemente cuando, por ejemplo, realizamos hasta que punto la "criatura" del doctor Lédgard se le haya ido completamente de las manos. Olvidando por completo que detrás de aquella envoltura no se ocultava tan sólo de la "piel" regenarada, sino más bien un alma, forzada a un obligado aunque si culpable silencio. No el tiempo, no el aislamiento, no la absurdidad de los eventos. Nada puede suprimir la verdadera humanidad de "lo que habita bajo aquella piel". A diferencia de aquellos que, en cambio, han desgraciadamente comprimido aquel tesoro inefable dentro de una cáscara artificial. El "escultor" se convierte en una víctima de su propia escultura, evidentemente, pero no sin antes convertirse en una víctima de sí mismo. Y por consiguiente pagará un precio muy alto; y, como él, también aquellos que han contribuido en cierta medida a transformarlo en el monstruo que se ha convertido.

La película de Almodóvar parte poco a poco con varios planos de probetas y muestras de sangre, alternadas con el bellísimo cuerpo de Elena Anaya, que interpreta el conejillo de indias del protagonista. De repente, el director nos arroja en un largo flashback con el cual se unen las piezas del puzzle. Y hasta en la elección del cast, Pedro no decepciona : reencontrar Antonio Banderas después de veinte años de "¡Átame!" resulta ser una excelente idea, porque consigue crear uno de los más logrados personajes masculinos de toda su carrera; con respecto a las mujeres, come siempre, son fuertes, magnéticas y maravillosas, a comenzar por Elena Anaya, la inolvidable babysitter de "Lucía y El Sexo", aquí frente a un papel ambiguo y memorable. Sin olvidarnos de la grandísima Marisa Paredes en el papel de Marilia, como siempre es un enorme placer verla en escena. De mencionar también el notable trabajo realizado por la joven promesa Jan Cornet. Evaluadas las interpretaciones convincentes de los actores protagonistas, no queda que analizar el equipo técnico, particularmente eficaz gracias a la interesante fotografía de José Luis Alcaine y sobre todo a la óptima y angustiante banda sonora de Alberto Iglesias, perfectamente adapta a la atmósfera dramática de la película.


"La piel que habito" se puede describir también como un fascinante ejemplo de aquel tipo cine que trata de reconstruirse a través de fragmentos del modelo original (la transformación de Vicente en Vera), que contempla la figura como "oscuro objeto" del deseo, se mueve obsesivamente en la búsqueda de lugares, que se convierten en zonas, en donde el género encuentra sus huellas de reconocibilidad (la persecución y la colisión del coche en movimiento), se encuentra en territorios casi vírgenes de grande atractivo (Vicente encerrado y encadenado, como un perro ) y esta vez los modelos cinéfilos de Almodóvar, ya no son aquellas inquietantes sombras que se proyectan y se expanden en el set, son apenas mencionados, aunque si en algunas escenas es evidente la desbordante pasión que lo caracteriza, imposible no mencionar la escena de la operación en donde se asoma Georges Franju y la ya mencionada "Les Yeux Sans Visage". "La piel que habito" es tal vez el preludio de un grande cambio almodovariano.

Lecturas múltiples, referencias a la actualidad, a la medicina estética, a las mutaciones genéticas, principalmente reflexiones sobre el interior y exterior del ser humano, Que no es - sólo - cuerpo y piel, que tiene pensamientos y  propósitos que son influenciados principalmente por el sexo, pero que trascienden de el mismo. Almodóvar consigue transmitir la frialdad de la mente de Ledgard, frialdad que la residencia parece condensar, en su perfección de formas modernas, donde todo tiene un orden específico y meticuloso. Lo surreal y lo grotesco siempre están ahí, entre los pliegues de la película, así como los temas predilectos del director y la compleja trama, llena de giros continuos: el mayor defecto, que hace que sea una película no perfectamente lograda, se encuentra en la sensasión de que absolutamente todo ha sido estudiado detalladamente, donde el corazón pasa poco y transmite mucho menos. Por lo demás, "La Piel Que Habito" es una película que va vista absolutamente, porque aquello que vemos transcurrir fundamentalemente en pantalla es algo nuevo incrustado en algo viejo, una obra rodada, como de costumbre, con grande estilo.

Valoración : 7.5/10


En dos palabras : En esta ocasión el director español se aventura en el territorio del thriller, inspirandose en el libro "Tarántula" de Thierry Jonquet. "La Piel Que Habito" es una exploración del lado oscuro del ánimo humano, sobre el fondo de temas más actuales que nunca, como la cirugía estética y los experimentos genéticos. Aunque sí no se colocará entre las maravillosas obras maestras realizadas por el cineasta manchego, resulta casi imposible no amar el último trabajo de Pedro Almodóvar, película fiel a la cinematografía del director y con un original y a momentos asombroso argumento noir... Más que recomendable.

septiembre 20, 2011

Película del día...

Carnage - Roman Polanski , 2011

Dos parejas de padres se reunen después que sus respectivos hijos quedan involucrados en una pelea en un parque, con dientes rotos incluidos. Los chicos son chicos, se sabe… pero los adultos terminan por comportarse peor. La reunión va desastrosamente mal, cada pareja critica las capacidades paternales de la otra , llegando incluso a recriminar los aspectos relacionados con su propio matrimonio… 1962. Roman Polanski, después de una serie de cortos, debuta en el largometraje con "Knife in the Water": protagonistas una pareja y un extraño, un barco en medio de un lago, y todas las tensiones y las pulsaciones que pueden surgir en una situación similar. Desde su primera obra maestra el director franco-polaco parece tener bastante claro cuales serán los temas que se desarrollarán en cuarenta años de carrera, de diferentes maneras y géneros.

La poética del director es reconocible a primera vista por parte de algunos elementos. Primero que todo la presencia, a menudo, de la colocación del lugar: un apartamento ("Repulsion", "Rosemary’s Baby", "Le Locataire"), un barco (el de "Knife in the Water", pero también el crucero de "Bitter Moon"), una mansión (What?, "The Death and the Maiden", "The Ghost Writer"), un castillo ("Cul-de-Sac", "The Fearless Vampire Killers"). Y segundo por aquellas situaciones en donde uno se encuentra atrapado entre cuatro paredes, con la imposibilidad de escapar (o simplemente se atrinchera en casa por miedo al exterior...), no hacen más que resaltar otro elemento fundamental de la poética del maestro: el masacrante juego de la estupidez humana.

Es por esto que la premiadísima pièce teatral de Yasmina Reza, "Le Dieu Du Carnage", parecía escrita especialamente para él: un apartamento, dos parejas desconocidas y burgueses, un juego masacrante cada vez más despiadado. La película se abre con un plano general: dentro del cual se ve un parque, y a lo lejos niños que juegan, discuten, se pegan. Uno coge un bastón y golpea al otro en la cara. Todo esto a travéz de un plano fijo inicial, con los títulos iniciales y el acompañamiento de la maravillosa música del grande Alexandre Desplat. Basta una secuencia de este género, indudablemente eficaz, para hacernos entrar en la atmósfera de la película, para encontrar todo aquello que amamos de Polanski. La película no defrauda las expectativas, aunque si habrán personas que objetarán la adaptación de la obra de la dramaturga francesa. Sin embargo estoy profundamente convencido que "Carnage" sea extremamente cinematográfica, a comenzar por sus diálogos mordientes, perfectos, enriquecidos por una crueldad poco frecuente, que deja brotar todo el sadismo y la vulgaridad del ser humano. Polanski se divierte observando su espléndida transposición cinematográfica, probando al mismo tiempo un poco de disgusto por estos cuatro "pequeños burgueses", por estos cuatro personajes (in)verosímilmente reales.

Los personajes de "Carnage" tienen el valor (o quizá la inconsciencia) de aventurarse en terrenos misteriosos e inexplorados. Es como si nos dijieran que tener miedo de nuestros propios monstruos, negar la existencia o esconderlos detrás de una máscara no los hace menos reales, ni equivale mucho menos a hacerlos desaparecer. Es mejor, por lo tanto, hacerlos salir con todo su poder destructivo y perderse en el caos de un acto liberador. Jodie Foster es Penelope, madre de la "víctima" ("La víctima y el agresor no son la misma cosa!", gritará contra Kate Winslet), apasionada de arte, culta, interesada en las causas de la pobreza en Africa. Su marido es Michael, interpretado por John C. Reilly, "ingenuo" y bonachón. La otra pareja: Nancy, interpretada por Kate Winslet, elegantísima, pacata y refinada, y su marido Christoph Waltz en el papel de Alan, frío y adinerado hombre de negocios, que pasa más tiempo pegado al móvil que en el "mundo real". Todo esto podría parecer una bella imagen, utilizo el condicional, porque todo esto, obviamente, se pondrá de cabeza y serán los cuatro personajes a desenmascararse entre ellos inevitablemente.

No os penséis que "Carnage" sea simplemente un enfrentamiento entre dos parejas: la película de Polanski va mucho más allá. Una pequeña frase puede causar un gran alboroto, y cada uno busca, a medida de que el juego avanza, y uno se vea afectado completamente, al menos un aliado entre los otros tres adversarios. "Este es el peor día de mi vida", dicen en algún momento los cuatro personajes, que hacen salir lo peor de sí mismo y demuestran como la burguesía occidental puede ser monstruosa. Hipócritas, vulgares, homofóbicos, racistas: y con una botella de scotch que hace de "cohesión" en el último round. Todo lo pútrido se encuntra allí, visible, maloliente como el vómito… La fuerza de la puesta en escena te golpea como un puño seco. Todo esta realizado con un dinamismo impresionante y una precisión maniacal: Polanski descompone el espacio, pasando de planos ordenados y canónicos a ángulos impredecibles, fragmentando algunas escenas para poder expresar visualmente el desmoronarse no tan sólo de las relaciones entre las dos parejas de extraños, sino también entre los dos matrimonios. Jodie Foster, Kate Winslet, John C. Reilly y Christoph Waltz estan simplemente perfectos, especialmente este último, cuya mirada sarcástica y cuya frialdad irónica se compenetran perfectamente con el mundo puesto en escena por Polanski.

"Carnage" es una comedia negra, aguda y estratificada. Una representación inquietante sobre la hipocresía del politically correct que levanta el velo de la falsedad que domina el "teatrillo" de las convenciones de la vida burguesa y revela la violencia primitiva presente en todo ser humano. La racionalidad da paso al control absoluto de las emociones. Roman Polanski nos lo explica maravillosamente en 79 minutos hilarantes y absorventes, donde el ánimo humano se pone al descubierto de todas las normas sociales. Imprescindible.

Valoración : 8/10



En dos palabras : Un dinámico Roman Polanski lleva en escena el teatro dentro el cine, realizando un trabajo memorable, gracias también a un poker de actores excepcionales. "Carnage" es una fantástica comedia con ritmos constantes y rápidos, capaz de hacer reír y reflexionar proponiendo una situación absurda, pero bastante real y sobre todo inquietante porque no sólo pone al desnudo los personajes de la película sino tambien al espectador. Ampliamente recomendable.

septiembre 14, 2011

Película del día...

Contagion -  Steven Soderbergh , 2011

Steven Soderbergh es uno de los directores americanos divididos entre Hollywood e Indiewood. Trabaja para las grandes casas de producciones, en particular la Warner Bros. (últimamente: "The Good German", "Ocean’s Thirteen", "The Informant"), y también para algunos proyectos independientes, a veces muy pequeños ("Bubble", "The Girlfriend Experience"), otras veces más consistentes, como las dos co-producciones sobre el "Che". Con "Contagion" el director vuelve a trabajar para Hollywood con una historia no precisamente originalísima como aquella de la pandemia que amenaza con acabar con la humanidad. Pero no os esperéis sin embargo el blockbuster hollywoodiano de costumbre, y si conocéis un poco el estilo de Soderbergh preparaos: porque de "producto hollywoodiano" se puede hablar sólo en parte.

La película se basa sobre uno de los miedos más actuales de nuestra sociedad: el del virus mortal que se propaga con gran velocidad. La intuición de Soderbergh es decididamente pérfida: basta con tocar a alguien para caer enfermo, sufrir por días y después morir. Hay algunos que tratan de encontrar una vacuna, analizando las situaciones y la naturaleza del virus, y otros que utilizan la contrainformación para avisar que existe un juego político detrás de la elección de no distribuir una vacuna que estaría ya lista: es el caso del blogger Alan (Jude Law), que a partir de un video en Youtube comienza una lucha "contra el sistema".

Las temáticas que se difunden en la trama de "Contagion" son muchas. Desde el miedo al contagio social a la guerra entre los medios de comunicación y la política, pasando por las dinámicas familiares (Beth/Gwyneth Paltrow se convierte en la paciente cero, después de un adulterio). Soderbergh lo controla todo con su estilo pulido y "personal", desde la magnífica fotografía de costumbre (¿Os recordáis de los colores de "Traffic"?), a la grandísima banda sonora de Cliff Martinez, y regala al espectador todo lo contrario de aquello que se pueda esperar de una película de acción o un thriller. Su último trabajo es una obra fría, analítica, rodada con la misma distancia con la que el director observaba Che Guevara en su homónima película. La narración es fluida, seca y poderosa. Soderbergh se detiene continuamente en los detalles, manijas de las puertas, cuencos de cacahuetes, vasos, manos, rostros. El virus es un protagonista/antagonista invisible pero capaz de remodelar el mundo, desbaratar vidas, crear y destruir vínculos. Las imágenes de una San Francisco vacía o de la abominable masa di asfalto y cemento de las periferias de Hong Kong son genuinamente perturbadoras, la fotografía del mismo Soderbergh transforma las imágenes en tratados de sobrepoblación que son suficientes para inducir una sensación de incomodidad y miedo por el vecino.

Visionanado "Contagion", regresan a mi mente algunos trabajos de Soderbergh en donde había dado una clara capacidad de interesarse demasiado en componentes fílmicas, dejando de lado el aspecto rítmico (ejemplo notable: "The Good German", formalmente perfecta pero lenta como la muerte). Es verdad, que gracias también a la escalada temporal sobre la cual está construido el guión, que divide por días la historia (atención: se comienza con el Día 2…), la película regala momentos llenos de ansiedad, a veces incluso de disgusto (basta mencionar una escena en el hospital puesta en la primera parte), y otras veces abunda en malicia. Pero no es suficiente para crear el clímax adecuado, sobre todo porque no todas las historias y no todos los pesonajes tienen lo que se merecen, como el personaje de Marion Cotillard, podía haber sido desarrollado mejor, principalmente por el cambio significativo que realiza su personaje en la historia. De hecho, no existe un protagonista único, y no existe un verdadero personaje que destaca en comparación con otros, quizás el de Matt Damon, padre de familia que tiene que lidiar con la muerte de la esposa y del hijastro.

Para terminar esta reseña, sólo me queda decir, que aunque si la confección resulta un poco televisiva, no quita que Soderbergh se distinga por como no ceda fácilmente al pesimismo y al acostumbrado final sarcástico típico de sus películas anteriores. "Contagion" es una película professional, rodada con una mirada desgarrada, en algunos momentos casi "experimental", pero que por una elección bastante clara del tratamiento del argumento, es difícil que consiga apassionar. Una lastima, vistas las premisas, y visto (sobre todo) un comienzo que, gracias al óptimo trabajo del montaje y de la música, nos arrastra inmediatamente en un mundo lleno de ansiedad y misterio…

Valoración : 6.5 / 10


En dos palabras : Más allá del óptimo juego de planos finales, los casi 105 minutos de visión (que no siempre parecen ser capaces de escapar de las garras de la pesadez) no hacen otra cosa más que confirmar los resultados de casi todos los títulos realizados por el sobrevalorado autor de "Traffic" cuando trabaja lejos de los cánones independientes a la "Bubble" (sin lugar a dudas su mejor trabajo hasta el día de hoy). "Contagion" es una operación estéticamente cuidada y sostenida por un cast "all star", pero... visionable y nada más.

septiembre 13, 2011

Película del día...

Super 8 - J.J. Abrams , 2011

La familia Lamb ha sido sacudida por un terrible accidente: la madre del pequeño Joe (Joel Courtney) ha muerto en un accidente en lugar de trabajo y por primera vez, él y su padre, sheriff de la ciudad, se ven obligados a gestionar su relación oxidada. Mientras que el señor Lamb (Kyle Chandler) desearía asegurarle una infancia tranquila, Joe prefiere pasar el verano con sus amigos, trabajando en el proyecto de una película rodada en super 8, sobre todo porque en el cast ha entrado a formar parte Alice (Elle Fanning), una chica por la que siempre he tenido una especie de flechazo. Durante el rodaje nocturno de una de las escenas principales, los chicos se encontrarán en medio de un accidente de tren desastroso (grandísimos efectos especiales) que pondrá en peligro sus propias vidas. Una experiencia con un fuerte impacto que, además del futuro de la película, marcará el destino de la pequeña ciudad, desconocedora de la mercancía y sobre todo de la "precencia" transportada por el tren, ahora en libertad. Los chicos han prometido de no hablar con nadie de lo ocurrido, pero mantenerse al margen de los acontecimientos será casi imposible...

"Super 8" es en todos los aspectos una película de J.J. Abrams: su toque puede ser visto en todos los detalles de la película, vibrante por sus pasiones, caracterizado por temas recurrentes, rico de juegos de luces y colores que le han acompañado en su proyecto de desarrollo y formación personal/profesional. Abrams ha deseado crear "Super 8" basándose exclusivamente en la tradición cinematográfica de las películas que le han fascinado tanto en su infancia: historias basadas sobre una comunidad donde las luchas diarias por el trabajo, por el amor y por la familia parecen normales hasta que no son interrumpidas bruscamente por extraordinarios, fantásticos y temibles eventos. El guión de la película es una amalgama de todas las grandes pasiones de Abrams, como su amor por las invenciones sci-fi, la pasión por la aventura y el encanto que brota gracias al encuentro entre la vida cotidiana y lo inexplicable.

De hecho, "Super 8" es una película de ciencia ficción que quema la mente del espectador con su historia íntima de un crecimiento complejo y combatido. Las aventuras de Joe y de sus amigos toman verdaderamente ventaja poniendo en segundo plano cualquier elemento ajeno: es en su ser oníricamente narrativo que reside la fuerza de "Super 8". Porque no importa si los más extraños e inexplicables acontecimientos empiezan a ocurrir en la ciudad, una vez tranquila... Los personajes continuan a moverse a través de relaciones bastante reales y a confrontarse con experiencias de pérdida y amor que catalizan la totalidad del proyecto, convirtiendolo en un experimento fascinante y absolutamente perfecto, en sus fuerzas y nostalgias. El encanto de "Super 8" no se debe solamente a un guión lineal pero emocionalmente desgarrador, que con sabiduría mezcla la ciencia ficción y el drama.

Parte de los méritos van a la elección por parte de Abrams de valerse de un cast de jóvenes actores, algunos desprovistos de anteriores experiencias cinematográficas. En los grandes ojos de Joel Courtney y en la serenidad de una extraordinaria Elle Fanning se pueden ver todo el profesionalismo de los grandes actores, no aún arruinado por las estresantes maquinaciones de Hollywood. Absolutamente entusiastas y enamorados del mundo que se esconde detrás de la pantalla, estos chicos son perfectos en el interpretar su alter ego de finales de los setenta, comenzando a dar sus primeros pasos en el mundo de la séptima arte. Abrams desde el principio ha decidido poner una confianza total en su espléndido cast y es por esto que se ha negado de escribir un guión formal para la película que los pequeños protagonistan están tratando de llevar a cabo en el interior de "Super 8" (No os levantéis durante los créditos finales, para poder apreciarla en su totalidad... simplemente fantástica! ), haciendolo emerger orgánicamente en su debido momento, gracias a la fantasía del cast.

Se podría casi sostener que en la base de construcción de "Super 8" se encuentre el concepto de fusión: entre elementos de diferente género en la escritura, entre las distantes generaciones de actores y, especialmente entre estilos visuales significativos. Estos últimos debido al trabajo del director de la fotografía Larry Fong, ya al timón del impacto visivo de "Watchmen" y "300", y que colabora con Abrams desde los primeros experimentos en Super 8 del director y que ha acompañado su trabajo a lo largo de los años, hasta llegar a "Lost". El resultado es un juego continuo de luces naturales, rayos artificiales y sombras que hacen de la película una sucesión de magia visual, exasperada por una bella banda sonora realizada por el siempre grande Michael Giacchino. Para terminar no me queda más que decir que "Super 8" es una demostración de amor, desmesurado e incondicional, hacia el cine, una suma capaz de secuestrar al espectador más reticente y llevarlo en un mundo verosimilmente lejano, y sin embargo cercano a la intimidad de cada uno de nosotros.

 Valoración : 8/10


En dos palabras : Posee un fuerte sabor nostálgico la nueva película de J. J. Abrams, de la cual trasluce la pasión por el cine de aventura y de ciencia ficción de los años 70-80 (entre los ejemplos más famosos encontramos : "Close Encounters of the Third Kind", "E.T". y "The Goonies"). Un salto en el pasado, una sublime y poética historia de amistad y crecimiento adolescencial, es esta la esencia de "Super 8", película de puro entretenimiento que confirma las habilidades narrativas de un director/autor que parece ser capaz de encontrar ideas y pasiones en los más diferentes géneros. Altamente recomendable.

septiembre 07, 2011

Película del día...

Fright Night - Craig Gillespie , 2011

Si tuviéramos que redactar un verdadero manual del remake perfecto de estos últimos años en donde el cine americano nos ha cubierto de tantas "nuevas" adaptaciones, "Fright Night" meritaría un lugar de honor en el capítulo "ejemplos a seguir". Basada sobre la orquestación general del título homónimo (debut de Tom Holland) pero completamente reescrita sobre todo en las dinámicas entre los personajes por Marti Noxon (guionista habitual de "Buffy" y de algunos episodios de "Mad Men", y que en esta ocasión demuestra de saber jugar metacinematográficamente con relevante realidad de que los vampiros están de moda) y dirigida con maestría, sentido del equilibrio y óptimo ritmo por Craig Gillespie, director de la bella "Lars and the Real Girl", "Fright Night" es el resultado de la ecuación perfecta, acompañada por un 3D riguroso, y muy bien realizado, que consigue(como pocos) lanzar objetos en la cara de los espectadores sin que parezca una película de serie B. Tarea para nada fácil.

La verdad es que "Fright Night" consigue estar con un pie en el pasado y el otro en el presente. Por un lado, se recupera de manera eficiente el espíritu de los años 80, el action comedy con protagonistas teenagers, tan ligéro como serio en todo su entretenimiento, deseoso de poner en juego, angustias y preguntas determinantes del mundo adolescencial. Por el otro lado cambia todas las relaciones entre los personajes para poder inserir en el guión (como consecuencia de la evolución contemporánea) figuras heroicas, llegando incluso a dejar de lado Colin Farrell (extraordinario falso-protagonista que se lleva el premio de personaje más carismático), que invariablemente, al igual que casi todos los malos que se aprecien en el séptimo arte, se pone al servicio de una historia más importante y determinante, aquella que gira alrededor del simpático nerd interpretado por un óptimo Anton Yelchin.

El descubrimiento de un vampiro en el barrio (que sorprende por lo rápido que llega en la película) y el deseperado intento de eliminarle para no ser eliminados, no está centrado tanto en la historia de amor "imposible" entre el ex-nerd redimido y su inexplicablemente sexy y popular novia (tanto así que sorprende incluso - sobre todo- a sus amigos), sino más bien en la cesura inevitable que se crea en el instante en el que las relaciones de amistad "viril" entre nerds, estrecha y pura, casi morbosa (y como ya habíamos apreciado en la divertida "Superbad"), se chocan con aquellas relaciones igualmente indispensables que requieren una profunda reflexión: las realaciones amorosas. Idear y organizar el enfrentamiento del siglo entre humanos y vampiros con óptimo ritmo y puro entretenimiento, utilizar el mordisco, el contagio, el paso de las fuerzas del bien hacia aquellas del mal y la necesidad de elegir quién y cómo eliminar "fisicamente"  entre los amigos (excelente Christopher Mintz-Plasse) y la novia (Imogen Poots),  logrando convertir todo en una grande alegoría, es sin lugar a dudas el resultado más alto al cual una película de este tipo puede aspirar, y "Fright Night" lo consigue.

Estilísticamente nítida, con una atención especial por la construcción de ambientes y paisajes (el ordenado suburbio en donde vive Charley/Yelchin realmente parece transformarse al caer la noche), el trabajo de Gillespie explota adecuadamente los efectos especiales realizados por Howard Berger y Gregory Nicotero, que para adaptarse mejor al 3D, han desarrollado sólo para Colin Farrell cinco fases diferentes de maquillaje, prestando atención a los contornos, a las fijaciones y hasta al color de la sangre. Muy bien interpretado por el trio de protagonistas, que junto con los ya mencionados Colin Farrell, Anton Yelchin y Christopher Mintz-Plasse incluye también el "Doctor Who" David Tennant, en el papel del exagerado, libertino, pero innegablemente eficaz Peter Vincent, "Fright Night" representa la enésima incursión en el mundo de las sombras, realizada con arte, sin excesivos autocomplacencias, construida para un público adicto a ciertos temas y dinámicas, deseoso de apreciar una historia espectacular y poco seria. Y desde este punto de vista, Craig Gillespie centra el objetivo perfectamente.

Valoración : 7/10


En dos palabras : La cinta de Gillespie en realidad funciona como una divertida anti-Twilight, más de una vez burlada durante la película. El resultato de esta "cruzada", que tiene como objetivo devolver a los vampiros aquella maldad que en los últimos años se ha disuelto, en la ola de un sentimentalismo cuestionable, es una película que combina con astucia y una elección correcta de los tiempos ironía y violencia, seguiendo una receta consolidada que también incluye una gustosa anàlisis del mundo de los nerds. Recomendable.

septiembre 04, 2011

Película del día...

Red State - Kevin Smith , 2011

Tres amigos organizan una noche trasgresiva con una mujer conocida por internet. La cita que debería haber abierto las puertas del sexo en grupo, resulta ser una trampa para los tres muchachos. La mujer, aparentemente disponible de satisfacer sus curiosidades, es en realidad un miembro de la secta del pastor Cooper, un fanático religioso decidido a limpiar la sociedad del mal lavandola con la sangre de los pecadores. Detrás del seguimiento de Cooper se encuentra el agente especial Keenan, siempre en vilo entre su conciencia y las órdenes perentorias que recibe de sus superiores.

Que Kevin Smith no tenga particularmente simpatía por una cierta manera de hacer religión ya estaba claro desde el tiempo de la polémica "Dogma", pero con "Red State" decide de pisar el acelerador sobre los temas del fundamentalismo religioso en clave de terror. Smith no se pierde en largas introducciones y va directo al punto, los tres muchachos deben ser castigado con sangre por el "pecado" cometido, porque los pervertidos como ellos no son dignos de la misericordia cristiana, según la tesis del demente reverendo Cooper. Después sigue un asedio cerradísimo con las fuerzas del orden, apostados en el exterior de la casa utilizada como capilla donde se encuentra la congregación religiosa. Por consiguiente, uno se podría esperar una clásica batalla entre el bien y el mal, entre asesdiados y asediadores, entre indianos y cowboys pero las cosas son decidimamente diferentes. Dentro de la casa también hay mujeres y niños, pero la noticia no cambia las órdenes que vienen de arriba : Matar a todos, matar sin compasión. Los fanáticos religiosos son terroristas y para ellos no debe existir ninguna fuga. El único baluarte se encuentra conservado en la conciencia del agente especial Keenan, que sabe de no poder escapar de las órdenes que no desearía jamás cumplir...

Kevin Smith se abandona ante una crítica feroz de las religiones ortodoxas, de las iglesias evangélicas y de todos los cultos que glorifican la pureza de espíritu e instigan a la marginación a lo "diferente" en este caso la homosexualidad. En el sermón inicial del pastor Abin Cooper, interpretado por Michael Parks, nada ni nadie está a salvo y a lo largo de la película se termina con mencionar incluso El Papa y El Vaticano. Es evidente que una película como esta se esfuerze más de lo habitual por encontrar una distribución, debido a su atacar sin ningún tipo de filtro problemas que en pocos o quizás ninguno han pensado alguna vez en atacar antes. Pero atención, no os esperéis una película reflexiva, introspectiva o experimental, "Red State" es un río de rabia sanguinaria al estado puro, que no desemboca en el splatter pero pasa cerca, bastante cerca.

La última obra del director americano revela ser una película inesperada, inquietante y que golpea en el estómago ya sea a un público creyente que a uno completamente alejado de la fe. El politicamente correcto es una categoría que no es tomada en consideración por Smith, que cuenta una historia de la realidad manipulada por los mass media y filtrada por la fe más ciega. Después de un largo arresto, el asedio encuentra un desenvolvimiento gracias a un golpe de genio, quizás una de las ideas más descabelladas de la estrafalaria carrera de Kevin Smith, rica de iniciativas más o menos absurdas y geniales, pero obviamente es (auto)impuesto el silencio absoluto, por el riesgo de spoiler catastróficos. Sobresale sobre los demás el grande John Goodman, gracias a un personaje insólitamente dinámico respecto a sus estándares y de la personalidad rica de conflictos, matices y contradicciones. Espléndida, y terrible, Melissa Leo nuevamente en el papel de una madre arpía después de la grande prueba de "The Fighter" y por último la inquietante interpretación de Michael Parks en el papel del enfurecido predicador Abin Cooper.

Siguiendo la estela de películas de género como "Children Of The Corn" de Fritz Kiersch o de "The Texas Chainsaw Massacre" de Tobe Hooper y sobretodo del cine de asedio del maestro John Carpenter"Red State" es una película de terror de autor que va más allá de los límites o barreras del políticamente correcto. Rodada con una grande maestría en los movimientos de cámara, que siguen a los protagonistas hasta la profundidad de su terror y de su inevitable ansia, merece toda la atención posible a pesar de saber que no todos podrán apreciar la polémica versión integral. Una verdadera pena e injusticia.



Valoración : 8/10



En dos palabras : El último trabajo de Kevin Smith es duro, cruel, despiadado, representa un mundo poblado por personajes repulsivos. "Red State" es una película de terror, inquietante e violentísima, que observa con una mirada desalmada la provincia americana, sus miedos, sus tabúes, su repugnante costumbre a la intolerancia y al racismo camuflada detrás de una falsa respetabilidad. Ampliamente recomendable.

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