octubre 14, 2012

Película del día...

On The Road - Walter Salles , 2012

"Conocí a Dean inmediatamente después de la muerte de mi padre ...", de esta manera Sal Paradise (Sam Riley) comienza la historia de los años de juventud pasada junto a Dean Moriarty (Garrett Hedlund), ex-reincidente del encanto maldito, constantemente en movimiento y siempre en busca de emociones que lo sacudan profundamente, casado con la seductora y desinhibida Marylou (Kristen Stewart). Sal es un escritor cuya novela no logra tomar vida, atrapado en una rutina que no consigue inspirarle a pesar de las noches pasadas a despejar la propia mente y la propia existencia con su amigo Carlo (Tom Sturridge). Dean se convierte para él en la chispa vital, en la locura y en la inestabilidad de admirar, estudiar y observar de lado dejandose impregnar dulcemente. Cuando Dean se pone de nuevo en camino hacia el oeste, Sal decide de jugarse su única oportunidad de aprender a vivir una vida sin limitaciones construida en la carretera. Las drogas, el alcohol, las fiestas, las relaciones de una noche, las alucinaciones, las conversaciones profundas: todo se convierte en objeto y sujeto de sus días consumidos al máximo.

Probablemente, "On The Road" era una de las películas más esperadas del año (hablo por mí mismo). En primer lugar, porque se trata de la primera, y por esto "memorable", adaptación cinematográfica de On the Road, novela de culto de Jack Kerouac, símbolo de la Beat Generation. Después porque se trata de una película de larga gestación. Antes habia probado Francis Ford Coppola a llevarla a la gran pantalla, el director ha permanesido co-productor de la película junto con su American Zoetrope. Por último, era una película esperada porque Walter Salles ha trabajado durante años en el proyecto, que finalmente ha visto  el pasado mes de mayo durante Le Festival de Cannes la oscuridad de sala. La famosa novela de Kerouac es una meticulosa, episódica y cronológica relación en primera persona de sus muchos viajes desde NewYork hacia la costa oeste de los Estados Unidos. Uno de los puntos centrales de la novela, sin embargo, era la relación del autor - bajo el seudónimo de Sal Paradise - con el fascinante Dean Moriarty (seudónimo Neal Cassady), conocido a través de algunos amigos en común. Pero, si no recuerdo mal, en las primeras cien páginas Sal viaja solo desde Nueva York a Los Angeles: aquí esta sección es muy reducida y prácticamente casi no existe, a excepción de alguna escena inicial.

Se "viaja" sustancialmente poco, en el "On The Road" de Walter Salles, pero no es una elección equivocada. La película es, sin duda, episódica como su fuente, pero elige qué cosa mostrar de las historias del libro y que cosa no, perdiendo por necesidad mucho más : alguien podría argumentar que la sección dedicada a Old Bull Lee (William Burroughs, interpretado por un correcto Viggo Mortensen) es realmente demasiado apresurada. Pero al final, en las intenciones de Salles, lo que importa es la economía de la película, y realmente no era posible llevar todo aquello que se narra en la novela dentro de la película. El director opta esencialmente de narrar con su "On The Road" un bromance, es decir la historia de una relación fuerte entre dos hombres, Sal y Dean, a menudo al límite del amor homosexual: en una escena los dos protagonistas están por tener sexo junto a Marylou, antes de que Sal se avergüenze y pida a Dean de irse (si la memoria no me falla, en la novela Dean simplemente le pide a su amigo de ir solo a la cama con Marylou), mientras en otra escena Sal observa desde una puerta entreabierta al amigo mientras tiene una relación sexual con otro hombre (Steve Buscemi). Una vez más, si no me equivoco, en la novela Dean rechazaba la oferta.

La homosexualidad es todavía más explícita gracias al personaje de Carlo Marx, alter ego de Allen Ginsberg, interpretado óptimamente por Tom Sturridge: el joven es, de hecho visiblemente enamorado de Dean, con el que tiene un vínculo especial de amistad, y es en cambio el "rival" de Marylou. "On The Road" no tiene "miedo" de mostrar el uso de drogas, de mostrar escenas de sexo y a una generosa Kristen Stewart, que se ve bien en su papel de bella y consumada : pero, al igual que con la temática homosexual, parece "retenerse" en el punto donde la película realmente podría incendiarse y convertirse realmente rebelde. Confirnación que, aunque si no cae en una road movie para teenagers, Salles tiene en mente un público mainstream. Aquí tampoco existe algo de particularmente equivocado en el enfoque del autor, que consigue dosificar el uso de la voz en off de Sal/Kerouac sin que se convierta demasiado invasiva, el riesgo que un libro como el del escritor estadounidense prometía con seguridad. Pero esto no es suficiente para hacer de "On The Road" una película emocionante, o incluso solamente coherente.

La "magia" de "On The Road" en la gran pantalla se detiene allí, en su bella y profesional confección, hecha de maravillosos y espectaculares paisajes americanos, fotografiados con rara perfección y colores excelentes por Éric Gautier, director de la fotografía de la extraordinaria "Into The Wild", que a muchos recordará en algunos momentos visionando la película de Salles. También hay un montaje cuidado, por no mencionar el sonoro, y una admirable selección musical (del óptimo jazz, al igual que en el libro por otra parte). Sin embargo "On The Road" permanece opaca, si no incluso mecánica en su desarrollo, y francamente resulta un poco aburrida. ¿A quién va dirigida, en definitiva, una película como ésta?. Los fans del libro, aquellos puristas desnudos y crudos, objetarán a priori, mientras que otros se encontrarán en una concentración de episodios de los que no sabrán que hacer con ellos. Esto es, simplemente, el punto, y es el más común de todos: Verdaderamente, "On The Road" es una novela infilmable. ¿Queríamos una confirmación? La acabamos de tener.

Tal vez debería haber sido oportuno "inspirarse" y contar una historia nueva, sin crear demasiados problemas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta el coraje y la locura de Salles en afrontar una hazaña dificilísima, el resultado, tal vez, es el único que se puede sacar de un libro como éste: Seamos realistas, a menos que dentro de unos años no llegue otro "loco" a tratar de sorprendernos. Del "On The Road" de Salles me recordaré pocas cosas, la primera que me pasa por la mente es la grande prueba de actor de Garrett Hedlund : fascinante, tierno ("Sal, i love you as ever”), físico y sensual, un perfecto Dean Moriarty, capaz de ser creíble en todos los matices de su particular personaje. Personaje que se encuentra en una película que busca desesperadamente un alma y una razón para latir de vida propia, pero que lamentablemente no encuentra..

Valoración : 5 / 10

 

En dos palabras : Inerte, a veces soporífera, sufrida y atormentada, la película no consigue expresarse de la mejor manera, regalando poquísimos momentos emotivos en los que se funde con las palabras, susurradas a media voz fuera de campo, de su (a veces incomprendido) autor, demostrando que el recorrido como el de "On The Road", tan simbólico y corrosivo, hecho de inestables equilibrios de plenitud y vacuidad de la mente, es casi imposible expresar de manera impecable en una película. Oportunidad fallida.

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