Si algún espectador de evidente curiosidad ha conseguido ver la serie británica de culto "The IT Crowd" (2006-2010), entonces conoce el nombre de Richard Ayoade y sus extraordinarias dotes de actor cómico. Y por esta razón resulta comprensible, como no se podía no esperar con ansias "Submarine", su debut cinematográfico presentado con éxito en el último Festival de Cine de Berlín. Hábil en fingir que el romanticismo ha dejado de formar parte del mundo contemporáneo de los adolescentes, Ayoade se basa enteramente en la narración, dividida en capítulos, y un uso decididamente poco convencional y sumamente personal de la cámara, para sorprender y divertir al espectador de una manera muy inquietante.
La historia en su totalidad no ofrece nada particularmente original, a sorprender principalmente en "Submarine" es la increíble habilidad con la cual el director inglés cuenta una historia "normalísima" dosificando magistralmente clasicismo e innovación, cinismo y ternura, ironía y drama. Richard Ayoade en el contar la historia de Oliver Tate (Craig Roberts), quinceañero que "espia" a sí mismo y a los demás por detrás del cristal de su acuario y trata de escapar de la cotidiana mediocridad de la adolescencia (la marginación social, la intimidación, el primer amor, la primera vez, la separación de los padres, el miedo de la muerte) transformando su vida interior en una intensa historia cinematográfica, ha sido capaz de ir mucho más allá de cualquier expectativa posible, realizando un pequeño milagro. Crear una novela de formación sentimental increíblemente implicante y de una inteligencia asombrosa, una de las películas británicas más bellas y fascinantes de los últimos años.
Lo ha conseguido aprovechándose al máximo de la habilidad de sus dos protagonistas Craig Roberts y Paige Yasmin (pero también de aquellos más "adultos", destacando sobre los demás un fantástico Paddy Considine) e inventandose un estilo personal, a menudo grandilocuente y gráfico, entre cómics y cinefília, principalmente basado sobre un storyboard de gran precisión, y jugando siempre en el límite entre imaginación, alienación y una tangible, sonriente melancolía. Una verdadera joya, adornada por las bellísimas (en sí mismas, y también por como son capaces de comunicar con las imágenes y con la historia) canciones de Alex Turner de los "Arctic Monkeys". "Submarine" es una película simple y emocionante que nos pide sin demasiada vergüenza de enamorarnos de ella, y a la cual, francamente, no sabría cómo ni por qué decir que no.
En dos palabras : "Submarine" funciona extraordinariamente porque a su autor le gusta jugar con el mundo del cine. Se divierte con el montaje, con el sonido, con el uso de cámara lenta y consigue transformar totalmente los tumultuosos acontecimientos de todos los personajes en una especie de representación suburbana "very chic" y del gusto profundamente británico. Sublimemente fantástica!!!
Valoración : 9/10
Win Win - Thomas McCarthy , 2011
El actor, guionista y director Thomas McCarthy vuelve al cine tras la cámara después de la exitosa "The Visitor" (y el excelente trabajo realizado con el guión de "Up"), y lo hace con una nueva comedia. "Win Win", cuenta la historia de Mike Flaherty (Paul Giamatti), apático abogado de provincia y desafortunado entrenador de lucha libre de la escuela de una peque ciudad. El negocio va mal y el equipo que entrena peor aún. Para mantenerse a flote, Mike decide convertirse en el tutor de Leo Popar (Burt Young), un anciano cliente suyo, para poder cobrar una pensión mensual de 1500 dólares. Todo va bien hasta que un día aparece Kyle (Alex Shaffer), nieto del anciano que, escapandose de casa, ha llegado a la ciudad para conocer a su abuelo, que nunca ha visto por causa de una madre que en la vida ha tomado simpre decisiones equivocadas. El chico decide quedarse en la casa de Mike y, a pesar de ser un introvertido, resulta ser un muchacho gentil y generoso. Así como tambien un gran campeón de lucha libre...
La tercera película de McCarthy, no por casualidad presentada al "Sundance Film Festival", parece encajar en el género preciso del "dramedy" independiente americano - historia de provincia, personajes marginales y antiheroicos, pieza indie-rock fabulosa en los créditos finales ("The National", en este caso) - que evita, sin embargo, la mayoría de los clichés de las películas "deportivas"; centrandose principalmente en la relación entre los dos protagonistas : Paul Giamatti, excelente como de costumbre, se las arregla para infundir a su personaje la fragilidad y el temor de una mentira escapada de las manos, y el descubrimiento de la voluntad de hacer algo para volver a "sentirse" un ser humano. Y Alex Shaffer, descubrimiento interesante, que esquiva con maestría todos los estereotipos de su personaje, llevandolo sobre un carril decididamente más estimulante.
No hay necesidad de gastar muchas palabras en una película como ésta: "Win Win", es una comedia simplemente deliciosa. Muy bien escrita e interpretada por un estupendo reparto de actores. La comedia de McCarthy es de hecho capaz de suscitar de todo un poco: risas sanas, una gran empatía, una pizca de emoción y una gran participación emotiva durante toda la película. Una cinta que evita el patetismo con gran habilidad y consigue imponer con ligereza y estilo una historia cotidiana, pero irresistible de redención de sí mismo. ¿Edificante? Por qué no.
En dos palabras : Tercer trabajo independiente, y quizás el más logrado hasta el momento, para Thomas McCarthy, actor, director y guionista de talento. "Win Win", es una película fuera de lo común, divertida y jamás banal, enriquecida por un óptimo elenco bien mezclado, una grata sorpresa sin lugar a dudas recomendable.
Valoración : 7.5/10
Crazy, Stupid, Love. - Glenn Ficarra and John Requa , 2011
Y ¿Si una comedia romántica comenzase con un divorcio? Deben haber pensado en esto Glenn Ficarra y John Requa cuando han encargado el guión de "Crazy, Stupid, Love." ha Dan Fogelman. ¿Qué mejor manera de contar una historia de amor si no aquella de empezar del final y del correspondiente post-happy-ending?... Desesperado porque su esposa Emily (Julianne Moore) ha pedido el divorcio después de 25 años de "feliz" matrimonio, Cal Weaver (Steve Carell) pasa las noches en un bar tratando de ahogar sus penas en un vaso de vodka. De esta manera Cal conoce Jacob Palmer (Ryan Gosling), fascinante womanizer seguro de sí mismo, que decide de asumir la ingrata tarea de hacerle reencontrar la virilidad y el encanto perdido. Pero incluso las certezas de Jacob comenzarán a desmoronarse cuando encunetra en su camino Hannah (Emma Stone), un aspirante a abogado, que no queda impresionada de sus infalibles tácticas de seducción.
"Crazy, Stupid, Love" es un caso más único que raro: una comedia romántica coral (o casi) sobre las relaciones románticas y sobre el amor que no resulta de ninguna manera insípida, mecánica o empalagosa. Los méritos se divide en partes iguales entre el guión de Dan Fogelman (que viene de casa Disney: ha escrito "Cars" y "Tangled"), los directores que tienen el coraje de tomarse todo el tiempo disponible (la película dura dos horas exactas, y menudo va más allá de lo "estrictamente necesario"), y por último los actores, obviamente fundamentales para el éxito de la película, pero en este caso en un particular estado de gracia. Y si Julianne Moore es Julianne Moore, Analeigh Tipton es un descubrimiento maravilloso y Emma Stone una excelente confirmación, lo mejor lo dan ellos : Steve Carell y Ryan Gosling, una inesperada e increíble pareja cómica.
Ficarra y Requa han logrado este objetivo, en realidad, a través de un doble engaño: los dos directores, que con "I Love You Phillip Morris" ya habían demostrado de saber desenredar los engranajes de la comedia mediante la inserción de pequeñas descargas eléctricas y explosivas, realizan una vez más la vuelta alrededor de los clichés, y también alrededor de su "political incorrectness", para llegar a una solución que sea capaz de cerrar de manera impecable todos los paréntesis, sin renunciar a la humanidad y al corazón de sus personajes. Convirtirendose de hecho, en una tierna y divertida comedia romántica, y basta : no lo sé si el cine americano tenga la necesidad de ella, yo absolutamente si.
En dos palabras : "Crazy, Stupid, Love.", permanece en equilibrio entre ironía, ligereza, melancolía, diversión y una una racha de maldad que nunca se convierte en irreverencia fin en sí misma. El último trabajo del dúo Ficarra / Requa conduce alegremente al incrédulo espectador en ese tipo de comedia que en Hollywood últimamente habían olvidado por completo. Una comedia encantadora que merece un fuerte aplauso.
Valoración : 7.5/10
Debo el visionado de Submarine (me interesa mucho, así como su sugestiva banda sonora), WIN WIN no me termina de convencer, es fallida y débil, y Crazy, Stupid, Love, me resulta sobrevalorada pese a que ofrece cierto brillo o aire de invención. Un saludo, espero puedas leer mi reseña sobre El Caballo de Turín.
ResponderEliminarWin win es una bonita pelicula, pero muy lejos de ser lo que al menos pensé que pretendía lograr. Crazy, stupid, love es un poco mejor, pero tampoco me termina de convencer. De las comedias del año me quedo con Horrible Bosses y Bridesmaids.
ResponderEliminarSubmarine la tengo pendiente.
Tanti salutti :)
Muy interesantes las recomendaciones. Despertaron mi curiosidad. Lindo blog. Saludos.
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