Tratar de dar vida a una leyenda, a un mito del cine como Marilyn Monroe era (y lo sigue siendo) una tarea ardua, por no decir imposible. La mujer más famosa en el mundo, la estrella más celebrada, rica y buscada de Hollywood, el personaje más admirado y querido por los hombres del todo el planeta, con tres matrimonios en su pasado, con tan sólo 30 años de edad, y una carrera aparentemente imposible de hundir, pero con una vida atormentada que la devoraba día tras día, tanto así de llegar a apagarla poco a poco. ¿Un reto perdido desde un principio? Probablemente sí, pero Simon Curtis y Michelle Williams deciden de afrontar el destino diciendo "si" a "My Week With Marilyn", título intrigante que nos lleva a conocer la cara oculta de la diva que, aún hoy en día, cincuenta años después de su muerte, huele a leyenda.
La verdadera Marilyn, privada, aparentemente tonta, obsesionada con sus propias inseguridades interpretativas e incapacitada de aceptar las tantas adulaciones que cualquier persona que se encontraba a su alrededor le vomitaba encima. Para después dejarla vacía, en completa soledad. La Marilyn narcotizada día y noche por los hombres de su entourage, con el fin de conseguir "domesticarla", y especialmente, la Marilyn femme fatale, incapaz de frenar su sensualidad mortal, rompiendo corazones en sucesión. Gracias a un óptimo guión, tan divertido como dramático en el mostrarnos la Marilyn Monroe desconocida ante los ojos de la mayoría, Adrian Hodges, responsable de la adaptación cinematográfica, ha sido capaz de realizar un manifiesto convincente de aquella Marilyn tantas veces narrada, y con demasiada frecuencia mantenida en silencio. Gracias a la prueba magnífica de todo el elenco, la película resiste a las dificultades de la imposible hazaña, yendo a impactar contra aquel rostro y aquel cuerpo que han marcado una época.
En primer lugar, se encuentra Michelle Williams, intérprete dramática de notable distinción que en el acercarse al personaje de Marilyn Monroe y en el intentar restituirla al público realiza un acto de rara inteligencia : no basa su interpretación en el estudio y en la reproducción de la mímica y de la corporeidad de la famosa actriz, prácticamente imposible de reproducir, sino que elige de contar la vida interior, contradictoria y frágil utilizando su indudable capacidad introspectiva. Trabajando sobre los timbres más adaptos a ella, la joven actriz, construye una figura humana y paradójica, encantadora y melindrosa, de la que es difícil no enamorarse. Al final tal vez sale afuera mayormente la habilidad de la intérprete, que la grandeza del personaje, pero para los propósitos de la afinidad con el personaje, la prueba de Michelle Williams es bastante lograda.
Junto a ella, Colin Clark es decir el joven y óptimo Eddie Redmayne, nueva promesa de la cinematografía británica.Mientras que en el papel del inmenso Laurence Olivier su "sucesor" Kenneth Branagh alterna momentos de grande introspección y otros en donde ostenta realmente demasiado. Entre los otros secundarios de lujo es de señalar la siempre perfecta Judi Dench como Sybil Thorndike, Dominic Cooper es Milton H. Greene, Julia Ormond es Vivien Leigh, Zoë Wanamaker es Paula Strasberg y por último una eficaz y cada vez más agradable Emma Watson como la asistente de vestuario, Lucy. Cabe decir que las interpretaciones son todas convincentes, aunque si aparte los personajes de Marilyn y Laurence Olivier, ningún personaje es profundizado de una forma realmente significativa.
Técnicamente intachable, ya sea en el vestuario, como en la cuidadosa fotografía de Ben Smithard (que da vida a los colores de aquellos años, completando la transformación de Michelle Williams en una diva sensual e infantil al mismo tiempo), aparte la música de Alexandre Desplat, utilizada demasiado y excesivamente invasiva en comparación con las imágenes. Con una dirección más segura, y una pizca de creatividad, los resultados probablemente habrían sido diferentes, pero la historia sigue siendo fascinante como incursión en el mundo del cine de aquellos años - sobre todo en la vida de una estrella como Marilyn, y consigue equilibrar los momentos de frivolidad con aquellos más dramáticos, sin caídas excesivas.
No me queda má que decir que "My Week With Marilyn", posee el mérito particular de devolver la luz a una estrella desaparecida hace medio siglo, pero aún hoy en día prepotentemente entre nosotros. Por qué es simplemente inolvidable y absolutamente inimitable. Y esto Hoollywood lo debe tener siempre presente.
Valoración : 6.5/10
En dos palabras : Escrito con fluidez y una buena capacidad de entrar en el alma de los personajes, la ópera prima de Simon Curtis sufre un poco por la falta de inventiva por parte del mismo, limitansode a construir una película bien confeccionada, que nunca aspira a soluciones visuales capaces de fortalecer de alguna manera la dramaticidad de algunos momentos emotivos. Todo esto es “My Week With Marilyn”, obra de la puesta en escena sumamente caligráfica que se apoya principalmente sobre las interpretaciones de sus espléndidos actores.
Particularmente Michelle Williams me parece una actriz estupenda, que poco a poco ira calando con sus interpretaciones, y parece como has escrito que en esta pelicula tambien hace un notable trabajo; espero con ganas el film porque al menos el trailer me entusiasmó y me dejó intrigado.
ResponderEliminarUn saludo.